Es fácil sentir miedo siendo periodista. Norma Sarabia, de 46 años, convivía con su familia cuando fue acribillada.
Era muy querida en su tierra natal, donde se forjó dentro de los medios de comunicación. Por más de 20 años, destacó como corresponsal del diario local Tabasco Hoy. Sus escritos reflejaban la realidad, siempre dando voz a los más desprotegidos.
Ayer, se convirtió en una estadística más: la décima periodista en ser asesinada en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Según la organización en defensa de la libertad de expresión, Artículo 19, de 2000 a la fecha se han documentado 127 asesinatos a periodistas mexicanos, en posible relación con su labores periodística. Del total, 117 son hombres y 10 mujeres.
De éstos, 47 se registraron durante el mandato anterior del presidente Enrique Peña Nieto.
¿Bajo protección?
Poco después de juramentar su cargo el 1 de diciembre, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que pondría fin a los homicidios contra los comunicadores.
No obstante, al menos diez periodistas han muerto desde que asumió el cargo.
El primer homicidio que cimbró su administración fue el de Alejandro Márquez. Su cuerpo fue hallado en la carretera Tepic-Pantanal en Nayarit el 1 de diciembre. Era dueño y reportero del Orión Informativo. También contendió por la regiduría de Tuxpan en 2017.
Diego García fue el segundo periodista asesinado en la 4T. El 6 de diciembre el reportero del semanario Morelos fue víctima de la violencia contra comunicadores en Ecatepec, Estado de México.
García se encontraba a bordo de su automóvil cuando un grupo de hombres armados lo interceptaron y dispararon en su contra.
Ese mismo día el vocero de presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, publicó en su cuenta de Twitter que el gobierno ya trabajaba en un plan de prevención, protección, acceso a la justicia y reparación de daño que diera garantías a los periodistas. Sin embargo, los homicidios siguieron ocurriendo.
El 20 de enero se halló el cuerpo del periodista Rafael Murúa en Baja California Sur. Fue el primer asesinato a un comunicador en 2019. Era director de la radio comunitaria Radiokashana.
Desde junio de 2017 había recibido amenazas por parte del alcalde del municipio Mulegé, por lo que estaba incorporado al mecanismo de protección a periodistas. Pero no bastó.
Un mes después, el 21 de febrero fue asesinado Jesús Eugenio Ramos, conductor del programa de radio Nuestra Región HOY en Tabasco. Se encontraba tomando café con compañeros en un restaurante del estado, cuando un homicida ingresó al lugar y le disparó a quemarropa. El periodista fue llevado al hospital pero falleció antes de llegar.
Los homicidios siguieron sin freno. Reynaldo López, fue el quinto en la lista de asesinatos. Trabajaba en Televisa Radio en Hermosillo, Sonora y fue atacado por un grupo armado mientras se transportaba en una camioneta junto a un compañero.
El 25 de marzo Omar Iván Camacho fue víctima del mismo crimen. El cuerpo del periodista deportivo fue localizado en Sinaloa el domingo 24 de marzo. Presentaba cuerpos de haber fallecido por golpes.
Participaba en Noticieros Altavoz de Chávez Radiocast y era dueño de una página deportiva llamada Évora Sport.
Un octavo periodista asesinado fue Telésforo Santiago Enríquez, quien trabajaba en la radio comunitaria El Cafetal en Oaxaca. Fue emboscado cuando se transportaba en su vehículo el jueves 2 de mayo. Murió a causa de disparos.
El periodista, Francisco Romero fue víctima de homicidio en Playa del Carmen, Quintana Roo, el pasado 20 de mayo. Las autoridades reportaron que el comunicador fue asesinado a golpes en el estacionamiento de un bar. Era director de la página de Facebook Ocurrió Aquí, y reportero de algunos medios locales.
Ayer, la periodista Norma Sarabia fue asesinada. De acuerdo al director editorial de Tabasco Hoy, Héctor Tapia, la víctima mortal fue amenazada antes de morir, incluso tuvo que dejar de firmar sus notas por seguridad.
Sarabia expresó varias veces temores por su actividad periodística en la zona de la Chontalpa, región controlada por el crimen organizado de la droga y combustible.
De todos los asesinatos de periodistas que han ocurrido en México desde el 2010, el 99 por ciento han quedado impunes. Hasta el 2018 la Fiscalía Especial abrió 1.140 carpetas de investigación sobre este delito, pero sólo 0.87 por ciento ha concluido con el culpable en prisión, según un informe de Artículo 19.