En México las mujeres acusadas de algún delito que queden embarazadas durante su condena, tienen el derecho de quedarse con sus hijos hasta que ellos cumplan tres, seis, o hasta 12 años de edad, dependiendo el lugar. Sin embargo, la medida le ha traído problemas a los infantes.
Durante mayo, cinco niños tuvieron que ser separados de sus madres en el penal de Santa Martha Acatitla debido a abusos cometidos en su contra, dijo Saskia Niño de Rivera, presidenta de la ONG Reinserta al medio La Silla Rota.
Los casos fueron alarmantes: en uno de ellos la mamá de una menor de cinco años le rompió el brazo, por lo que con urgencia tuvieron que sacarla de las instalaciones de la prisión.
En otro de los conflictos que hubo se descubrió que la madre de un niño que estaba siendo víctima de agresiones, se encontraba encarcelada debido a que en el pasado había asesinado a otros dos de sus hijos, pero nadie había puesto atención en la situación hasta que la violencia contra el menor se volvió alarmante.
La gravedad de estos casos escaló debido a la falta de atención de las autoridades de la prisión, y de que los trabajadores del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), quienes son los encargados de velar por la seguridad de los infantes que viven en la cárcel, no habían entrado a la institución hasta el mes pasado.
"Aquí se habla del autogobierno, porque la directora no se atrevía a meter al DIF. Hoy se las está viendo negras porque a las internas no les parece que el DIF esté entrando. Incluso sé que la directora del penal le dijo a la directora del DIF 'me estás alebrestando mucho a las internas, estás haciendo mi trabajo muy pesado', lo cual habla de una omisión de la directora del penal", dijo Niño de Rivera.
Sin embargo, desde el ingreso de las autoridades se han dado cuenta de situaciones que ponen en peligro a los niños, por lo que se está actuando con rapidez, razón por la cual se han sacado a algunos infantes de Santa Martha, dijo la fundadora de Reinserta.
Pero, según la experta, aún falta garantizar la seguridad de los niños y niñas que viven en la prisión por parte de las autoridades de la cárcel, que considera que son quienes menos interés presentan. En la actualidad hay otros 60 menores de cinco años que habitan en la prisión.
Según información de la organización, hay niños que antes de cumplir los seis años nunca salieron de la cárcel por vivir con sus madres reas. Y que en algunas ocasiones no se les permite separarse de ellas, ni siquiera cuando tienen visitas conyugales, lo que perjudica el desarrollo de los infantes.