Hace 10 años, gracias a la ayuda de vecinos, padres y bomberos, 106 niños menores de cinco años lograron sobrevivir a una de las tragedias nacionales más lamentables de la historia mexicana: el incendio de la guardería ABC.
Sin embargo, tampoco salieron ilesos del edificio ubicado en Hermosillo, Sonora. Fueron víctimas de heridas físicas y psicológicas que los acompañarán toda la vida.
En el fatídico 5 de junio del 2009 la negligencia de los directores de la guardería ABC y la omisión y falta de regularización por parte de las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social de Sonora, se combinaron para no impedir el incendio que le quitó la vida a 49 niños y niñas.
El siniestro comenzó aproximadamente a las tres de la tarde. Horas después, cuando el lugar todavía ardía en llamas, testigos que quisieron ayudarle a los infantes lograron sacarlos por boquetes en las paredes que abrieron con lo que tenían a la mano.
Después los menores de edad fueron trasladados en coches particulares por padres y vecinos a hospitales de la zona. Pero, a pesar de haber sido rescatados, desde ese momento su vida iba a ser distinta a la del resto de los niños del país.
Un día después, cuando el conocimiento de la tragedia creció, esos mismos niños que lograron salir de la guardería fueron visitados por el entonces presidente Felipe Calderón, quien manifestó su lamento por la tragedia. Algunos infantes más fueron trasladados a hospitales del resto de la República Mexicana y de Estados Unidos, para ser atendidos por la gravedad de sus lesiones.
Hasta la actualidad algunos de los menores implicados siguen yendo de forma recurrente a los nosocomios para tratar las afectaciones derivadas de haber estado presentes en el incendio. Las enfermedades más comunes que presentan los 106 infantes afectados son asma crónica, deficiencia pulmonar, narcolepsia, daños cerebrales y sensibilidad extrema en la piel.
Karime
Alexandria Karime Galindo, quien estará por cumplir 12 años, contó al diario Excélsior en el 2017 que a pesar de haber tenido un año y medio de edad cuando ocurrió el incendio en guardería ABC, recuerda cómo sucedió todo.
La pequeña narró que un joven apodado "Cayetano", pandillero que se encontraba en un centro de rehabilitación de las drogas ubicado en la colonia Y griega, entró a la guardería para salvar a todos los bebés posibles.
A Karime le pidió que subiera los brazos para que él la pudiera alcanzar a través de un hueco de enfriamiento que había en la pared. La niña era muy pequeña, pero ascendió a una silla infantil y así fue como logró salir.
También contó que uno de sus vecinos llamado Ángel golpeó con su automóvil una de las paredes de la guardería ABC para hacer un hueco por el que pudieran escapar los infantes.
Resultó con pocas quemaduras en el cuerpo, pero perdió 50% de su capacidad respiratoria por el humo tóxico que respiró en el incendio. Desde entonces ha tenido que consumir medicamento, lo que provocó que le salieran piedras en la vesícula para las que requirió una operación.
Aunque toda su vida tendrá que tener intervenciones quirúrgicas y extremo cuidado con su sistema respiratorio, Karime es una niña alegre que sueña con ser cantante y actriz. Incluso a participado en telenovelas y concursos de canto locales, contó a El Sol de México en 2017.
Adriana
Ariana Olivas fue otra de las sobrevivientes del incendio en la Guardería ABC. Ella se encontraba en el salón de lactantes cuando ocurrió la tragedia. Ella y dos de sus compañeros, los únicos que lograron salir del cuarto, sufrieron quemaduras.
En la actualidad cada que tiene oportunidad le pide a los padres que estén atentos del plantel en el que dejan a sus hijos, porque espera que ningún otro niño pase por la misma situación que ella. Además, lamenta que la desgracia haya afectado a su familia.
"A mi familia en general también los afectó el incendio, mi mamá tuvo que dejar el trabajo además que a cada lugar que llegamos siempre está buscando la salida de emergencia y los extinguidores, ella la afectó mucho al igual que a mí que sigo con las terapias", dijo la niña al medio Excélsior.
Danna
La pequeña Danna no recuerda bien lo que sucedió en el incidente que pudo haberle quitado la vida debido a la corta edad que tenía. Pero el incendio provocó que desarrollara asma crónica, padecimiento que sufrirá durante toda su vida.
El año pasado le contó al periódico La Jornada la manera en la que pudo escapar del inmueble "Estábamos en el baño. Nuestra maestra nos mojó con agua y luego se oscureció todo el lugar con humo negro. Escuchábamos golpes y de ahí no recuerdo más, hasta cuando salimos por el hueco del aire acondicionado".
Alejandra
Alejandra y su madre Olga Ochoa, que fue maestra de un grupo de la guardería ABC, fueron afectadas por el incendio de por vida.
Días después del siniestro Alejandra despertó. No recordaba nada de lo que había sucedido, pero se percató de que perdió siete dedos de las manos. Aunque era pequeña, entendió la gravedad de sus heridas y preguntaba a su mamá por qué le faltaban sus extremidades.
Ochoa le dijo al medio Expansión en el 2013 que intentaba consolar a su hija diciéndole que sus dedos se habían ido al cielo, pero que cuando creciera podría tener una prótesis. Para entonces, la niña de casi siete años y después de 20 cirugías, aceptaba su condición y esperaba con ansias la mayoría de edad.
Pero sus lesiones físicas no fueron el único problema derivado del incendio. Su mamá también sufrió quemaduras en los brazos y en la espalda, pero su dolor más grande ha sido tener que dejar a sus otros dos hijos para viajar constantemente a California al tratamiento de Alejandra. Situación que permanecerá por lo menos hasta que la pequeña cumpla 21 años.
Héctor
Héctor tenía casi 3 años cuando ocurrió el incendio. El 60% de su cuerpo recibió graves quemaduras, por lo que ha tenido que ser sometido a más de 16 operaciones para ponerle injertos en la piel.
Los primeros años después del incendio de la guardería ABC fueron los más complicados. Su mamá, Adriana, le contó al medio Expansión que el niño regresaba llorando de la escuela porque sus compañeros le hacían bullying por su aspecto.
"Una vez llegó muy enojado conmigo porque un niño no lo dejaba brincar en el 'brinca brinca' que porque estaba muy feo y nadie debía juntarse con él", contó Adriana.
Además, sus dos hijas que presenciaron el rescate de los niños de la guardería sufrieron secuelas psicológicas por los recuerdos "Apenas hace seis meses que puede dormir sola, no podía, tenía insomnio, había días en los que no podía dormir más de dos horas", dijo.
Pero con el paso del tiempo, Héctor logró entender la situación que había pasado y sus quemaduras no fueron un impedimento para intentar cumplir sus sueños. El año pasado participó en los Juegos Deportivos Nacionales de Educación Básica en Nayarit.
Ahora, a 10 años de haber ocurrido el incendio, no se ha enjuiciado a ninguno de los implicados directos en el accidente y los padres de las víctimas continúan reclamando justicia.