Su rostro aparece en los principales espectaculares de Tamaulipas: cara redonda, barba de candado y cabello corto. Esas, son las únicas señas para identificar a Gerardo Meade Benavides, alias "La Perra".
Por Meade, la Procuraduría General de Justicia de la entidad, anunció una recompensa de hasta 2.000.000 de pesos para quien o quienes proporcionen información exacta, veraz y útil que coadyuve en la localización del criminal.
El ofrecimiento de las autoridades, colocan a "La Perra", como uno de los delincuentes más buscados de Tamaulipas. Según la PGR, Benavides se encuentra implicado en la operación de una flotilla de taxis piratas usados para cometer algunos hechos delictivos en la Ciudad de Matamoros como deitos de secuestro y robo.
De la misma forma, se le acusa de haber realizado varios bloqueos, utilizando las unidades, las cuales estarían al servicio del Cártel del Golfo.
La PGJ pidió la colaboración de la ciudadanía por lo cual puso a disposición el número telefónico 841-84-1-05-95 y los correos electrónicos recompensas@tamaulipas.gob.mx y recompensaspgje@tamaulipas.gob.mx.
También, la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas destaca en su portal con un anuncio blanco la recompensa de 2.000.000 de pesos por la captura de los responsables del delito de homicidio de Dolores Erika Granados Flores y Abelardo Ibarra Torres, quienes el pasado mes de diciembre fueron baleados cuando circulaban a bordo de un Mini Cooper, en el fraccionamiento Haciendas del Santuario, en ciudad Victoria, Tamaulipas.
Granados Flores se desempeñaba como agente del Ministerio Público, e Ibarra Torres era juez de control. Ambos, eran responsables del proceso de Juan Alfonso Vázquez, "El Gafe", presunto líder del Cártel del Noroeste, que murió ahorcado en prisión.
En esa época, la prensa local reportó que los familiares de un preso que murió en el Penal de Ciudad Victoria denunció al juez por presuntos actos de corrupción.
CDG, ascenso y caída
Aunque el Cártel del Golfo fue uno de los grupos criminales más poderosos y antiguos de México, las batallas con sus rivales, y el ascenso de Los Zetas, debilitaron su influencia en el hampa del país.
Los orígenes del CDG se remontan a 1984 cuando Juan García Abrego asumió el control del negocio del narcotráfico de su tío, que para entonces consistía en un pequeño negocio de marihuana y heroína.
García negoció un acuerdo con el Cártel de Cali, una gigantesca estructura colombiana que estaba buscando nuevas rutas de ingreso al mercado de EEUU, tras verse afectada por la ofensiva norteamericana contra sus rutas caribeñas. Así, el mexicano se ocuparía de los envíos de cocaína a través de la frontera mexicana, asumiendo todos los riesgos, con lo que se quedaría cerca de un 50 por ciento de las ganancias.
En 1996, la organización narcotraficante ya había construidos una red de distribución de gran alcance en Estados Unidos, de Houston a Atlanta, y de Nueva York a Los Ángeles.
La caída del imperio de García sucedió cuando su heredero, Osiel Cárdenas Guillén,líder de Los Zetas, desarrolló un ala militar del Cártel del Golfo, y reclutó al menos 31 exsoldados de las Fuerzas Especiales de México para actuar como agentes de seguridad, pagándoles hasta tres veces más su salario anterior.