Los sueños de cualquier futbolista nacen en las canchas donde juega en su niñez, no importa si son campos de tierra, de pasto artificial o apenas en su imaginación: en el caso de Mario Treviño Jr., ni siquiera una silla de ruedas puede impedir jugar su deporte favorito.
El menor, que de acuerdo con medios locales sufre de una discapacidad, juega para el equipo León Juárez, en la fronteriza Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, en el norte de México.
El club tiene varias categorías, donde incluso pueden ingresar niñas, que van desde el sub-8 hasta el sub-16, y se entrenan juntos varias veces a la semana para preparar los partidos de la Liga local, disputados los sábados.
Pero es el equipo de Mario, el sub-10, el más especial: el niño, que no puede abandonar la silla de ruedas, es auxiliado por su padre, del mismo nombre, y este es el tercer año consecutivo que llevan participando en el equipo, de acuerdo con los reportes.
"Para el pequeño no hay motivos suficientes para cancelar un entrenamiento o juego de fútbol aunque sea un día lluvioso", destacó Omar Rubio, periodista local, que fue uno de los que publicó las fotos del hijo y el padre juntos en la cancha disputando un partido.
El León, lejos de discriminar al menor, o ponerle trabas para que pueda participar y sentirse parte del equipo, lo presume en sus redes sociales, del que comparte fotos.
En la imagen tradicional en la que la formación titular de un equipo posa antes de disputar un encuentro, el León de Juárez publicó la foto de Mario con sus compañeros y con su pareja más particular: su padre, que lo lleva y que incluso viste la playera del equipo durante los partidos, para identificarse con ellos.
Ciudad Juárez, una plaza históricamente pobre en el fútbol
A la ciudad fronteriza se la reconoce por muchas cosas, a veces negativas, como los feminicidios o las maquilas, e incluso con una novela del escritor chileno Roberto Bolaño, 2666, pero no necesariamente con el fútbol, mucho menos con el profesional.
Y es que históricamente Ciudad Juárez no es una de las plazas tradicionales de la Liga MX, ni en el amateurismo ni en ningún otro momento del Siglo XX. Sin embargo, sí ha tenido alegrías futbolísticas, aunque breves y discretas.
En 2008, los Indios de Ciudad Juárez ascendieron a la Primera División, donde se mantuvieron dos años. Pero nunca la ciudad recibió la final definitiva por un título con equipos de la máxima categoría del fútbol mexicano hasta 2019.
En este semestre, los Bravos de Ciudad Juárez tuvieron un torneo de Copa MX de ensueño, salvo por la conclusión: a pesar de jugar en el Ascenso MX, eliminó a tres equipos de la máxima categoría (Veracruz, León y Pumas) en la fase de cruces directos, aunque acabó perdiendo la final con el América a principios de abril.