El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador planea realizar un fuerte ajuste en la estructura del Instituto mexicano del seguro social (IMSS), donde se contempla un control de los recursos aún más riguroso, la fusión de varias direcciones y reducción del personal de confianza de la institución.
Así lo marca el Programa de rediseño de la estructura organizacional (PREO), un documento que se comenzó a elaborar en febrero pasado y del cual el diario "El Universal" tiene una copia.
El principal punto del PREO, de acuerdo con el periódico mexicano, es reducir un 16% el costo de la "nómina de mando" en las oficinas centrales y 35%en sus delegaciones estatales, para conseguir hasta un 25% de ahorros en el gasto total de empleados de confianza.
De acuerdo con los funcionarios consultados por "El Universal", el documento, fechado en abril de 2019, "se presentaba como una propuesta" y sería llevado al Consejo técnico del IMSS en los próximos días, con la expectativa de que se avale y se ponga en operación.
Este martes, el hasta entonces director del IMSS, Germán Martínez Cázares renunció a la dirección general del Instituto y en su carta de renuncia se lanzó contra funcionarios de la Secretaría de Hacienda.
"Algunos funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética del IMSS, donde por ejemplo, se pretende a reformar el Reglamento para colocar funcionarios administrativos en los Estados", señaló Martínez, la primera renuncia de alto perfil en el gobierno de López Obrador, que asumió el 1 de diciembre pasado.
"El Presidente proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el 'cargo' que el 'encargo'", añadió Martínez.
El PREO, por su parte, busca la "centralización de los procesos administrativos a lo largo del territorio nacional, con mayor control del ejercicio de recursos". De acuerdo on la proyección, se espera, en caso de aprobarse, una reducción de la "nómina de mando" de unos 732,3 millones de pesos a unos 254,6 millones, es decir, un 35% del total.
Además, habría un recorte de unas 427 plazas en las 35 representaciones del IMSS en los estados a lo largo del país: pasarían de ser 1.159 funcionarios a apenas 732, lo que reduciría un 37% la estructura actual, que atiende las demandas de los derechohabientes.
El IMSS atiende a más de 80 millones de derechohabientes, con un presupuesto de unos 1.200 millones de pesos ejercidos diariamente. Su nómina está compuesta por unos 440.000 trabajadores en total en todas sus áreas.
Durante su campaña presidencial, López Obrador prometió que reduciría el gasto del Gobierno para evitar el despilfarro. El 30 de abril el Congreso aprobó en lo general la Ley de Austeridad Republicana, para cristalizar su compromiso.
El argumento del presidente para reducir el presupuesto del gobierno fue terminar con los altos sueldos de los funcionarios que atienden o atendían las oficinas de altos mandos, pero las reducciones en el presupuesto han ido más allá, según sus críticos.
"Se empiezan a afectar los procesos importantes, como la salud, la educación y la ciencia, donde no debería haber recortes", señaló al diario "El Universal" el académico Alberto Nacif.
El Sindicato de trabajadores del seguro social, por su parte, destacó "deficiencias preocupantes" en los insumos médicos y un déficit de personal para atender las demandas del Instituto.
Un reporte de 2013 indicaba que, de acuerdo con el Informe de servicios personales del IMSS, un trabajador atendía a 135 de los afiliados al Instituto, ya que de una nómina de unos 441.280 empleados, se atendieron aquel año a unos 59 millones y medio de pacientes.