Por Fernando Guarneros
Miranda Nanni tiene 6 años y padece de diabetes mellitus tipo 1, pero no sufre del dolor que implican las numerosas inyecciones diarias de insulina, ya que ella hace uso de una innovación médica llamada Puerto de inyección, el cual permite la administración de la insulina sin necesidad de perforar la piel en cada dosis.
En México, 14 millones de personas viven con diabetes, de ese total, el 95 por ciento es del tipo 2, la cual está asociada a la obesidad, mientras que el cinco por ciento restantes es del tipo 1, la cual se caracteriza por ser un padecimiento autoinmune, es decir, el cuerpo se ataca a sí mismo y las células que resienten el daño son las encargadas de producir insulina en el páncreas.
El tipo 1 de la diabetes mellitus no se puede prevenir, pues no existe un factor determinante. Entre los elementos que podrían intervenir en su incidencia se encuentran los genes, el sistema inmune e incluso el ambiente. Además, en este tipo de la enfermedad, el tratamiento basado en la insulina es fundamental.
Para la doctora Angélica Martínez Ramos, endocrinóloga pediatra y educadora en diabetes, es importante hacer notar que a pesar de que la insulina siempre estará presente, la vida de una persona con diabetes de cualquier tipo "no debe girar alrededor de la insulina", ya que el tratamiento consta de otros aspectos igual de importantes como la buena alimentación, el ejercicio, la medición de la glucosa e incluso el cuidado psicológico.
Si bien no se deben descuidar esos asuntos, para las personas con diabetes de ambos tipos, el hecho de inyectarse varias veces en un día es doloroso. Algunas lo describen como una "agresión" y desde lo psicológico es complicado, pues transforma el estilo de vida.
El impacto de las inyecciones en pacientes insulinodependientes es muy significativo. De acuerdo con un estudio de la Asociación de Diabetes Americana reveló que tres de cada 10 cuyo tratamiento se basa en las inyecciones les teme a éstas, mientras que ocho de cada 10 desearía que la cantidad de pinchazos fuera menor.
Ante esto, en el panorama de innovaciones médicas el Puerto de inyección es una alternativa para el suministro sin dolor de la insulina a través de inyecciones o plumas, el cual permanece en el cuerpo durante 72 horas y no interfiere con la vida cotidiana del paciente.
Después de su colocación en una zona apta (abdomen o piernas) el dolor y el número de punciones disminuye considerablemente, porque el puerto es quien recibe los piquetes y permite el suministro directo de la insulina sin perforar la piel tantas veces. En un mes, un paciente podría tener 120 perforaciones en la piel, con el puerto son sólo diez.
Por otro lado, la doctora Martínez destaca la recomendación de que el puerto se debe cambiar cada tres días o después de 75 inyecciones, ya que la cánula podría bloquearse y el medicamento no pasaría correctamente.
Cuando Alma Delia Núñez, madre de Miranda, conoció el diagnóstico de su hija se sintió preocupada porque sabía que no podría estar con ella siempre, pero con este dispositivo siente confianza respecto al tratamiento de su hija. "Parte de la aceptación de su condición es que ella se independice y con esto tiene un poquito más de libertad", relata la madre.
La independencia de Miranda se muestra en su habilidad de Miranda para aplicarse el dispositivo: "¿En qué pierna me toca?", es la única pregunta que le hace a su mamá y al terminar de ponérselo Alma le pregunta qué siente cuando lo trae: "Nada", responde con inocencia, "bueno, me duele sólo cuando lo pongo y cuando me lo arrancas", haciendo evidente que no sufre tantos pinchazos al día.
Para la familia de Miranda, cuenta la mamá, el puerto ha sido clave en cómo viven su diabetes, "pues le ha permitido no sólo tener menos piquetes y menos dolor, sino apegarse más a su tratamiento integral y a la administración de la insulina de una forma más cómoda".
El Puerto de inyección podría ser visto como un dispositivo que es empático con los pacientes con diabetes. Para Miguel Villa, gerente de Comunicación de Medtronic, la empresa encargada de su elaboración piensa que es una innovación significativa que marca un antes y después para la vida del paciente.