La princesa que fue decapitada por desatar una guerra entre dos pueblos

Durante la época de la guerra entre los zapotecas y los mixtecos surgió la leyenda de la princesa Donaji y el misterio sobre dónde estaba enterrada su cabeza

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La princesa Donaji fue tomada como rehén de paz por los mixtecos (Imagen: cultura zapoteca)
La princesa Donaji fue tomada como rehén de paz por los mixtecos (Imagen: cultura zapoteca)

Donají significa "alma grande" en zapoteco, por eso el rey Cosijpi, a quien mandaron a gobernar el Istmo de Tehuantepec, en el sureste de México, decidió llamar a su hija con este nombre.

La ubicación de Oaxaca determinó que numerosas migraciones de pueblos venidos del norte se agruparan en esta región resultando así una enorme mezcla de pueblos. Los más importantes, por la cultura que crearon en épocas prehispánicas, fueron los mixtecos y zapotecas.

Los mixtecos se asentaron en una zona montañosa en la parte occidental del estado. Eran vecinos de otras tribus como los amuzgos, tlapanecos, chocho-popolocas y triques.

Los zapotecas ocuparon los valles fértiles de la parte oriental entre los mixtecos, chatinos, cuicatecos, mazatecos, chinantecos, mixes y zoques.

Los distintos pueblos compitieron siempre por la dominación de Oaxaca, una de estas grandes guerras fue la que protagonizaron los mixtecos y los zapotecas.

Los zapotecas habían llevado un prisionero de la alta jerarquía mixteca, a quien dejaron solo pensado que por estar malherido no se escaparía. Se trataba del príncipe Nucano, a quien Donaji escondió hasta que sanó sus heridas y después lo dejó ir.

Ambos pueblos trataron de poner fin al conflicto, pero Nucano pidió a Donaji como rehén de paz porque no confiaban en la palabra de su padre.

Donají sentía que le había fallado a su pueblo al haber dejado ir al príncipe mixteco y se convenció que la única forma de salvarlo era desatar nuevamente la guerra, por eso, envió a una de las mujeres a su servicio con un mensaje para que los zapotecas atacaran al anochecer y que le enviarán una señal para saber el momento en el que se podía escapar.

La batalla tomó por sorpresa a los mixtecos, pero cuando se dieron cuenta de la señal que había recibido la princesa para escapar, se dieron cuenta de su plan, la tomaron prisionera y huyeron con ella para después decapitarla y enterrar la cabeza y el cuerpo separados para que nadie la encontrara.

Unas azucenas ocultaban un secreto relacionado con la cabeza de la princesa (Foto: captura de pantalla)
Unas azucenas ocultaban un secreto relacionado con la cabeza de la princesa (Foto: captura de pantalla)

Finalmente, el pueblo zapoteca perdió la guerra ante los mixtecos y posteriormente fue derrotado por los conquistadores españoles. Sin embargo, la leyenda de la princesa decapitada había pasado de generación en generación.

Según la historia, no se volvió a saber de la princesa hasta que un pastor se encontraba cuidando sus animales en un terreno que hoy se conoce como San Agustín de las Juntas, cerca del aeropuerto de Oaxaca, se encontró una flor conocida como Azucena, un lirio silvestre, que decidió arrancar desde la raíz.

Pero, conforme iba arrancando, notaba que debajo había una cabeza, se trataba de Donaji, que a pesar del tiempo, no se había deteriorado y permanecía intacta, como si la acabaran de arrancar de su cuerpo.

La flor naciente de Donají se mantiene en el escudo de Oaxaca, en honor a la princesa que murió por su gente.

Al momento de cavar, se dio cuenta de que había una oreja hasta ver la cabeza humana completa, que se dice permanecía intacta. Era la princesa Donají. Su cabeza y su cuerpo se juntaron y fueron llevados al templo de Cuilapam.

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