Fueron tres horas de un fuego que acabó con los vitrales de la cúpula y atacó el coro, la sillería y dos órganos de la Catedral Metropolitana. Aunque el incendio ocurrió el 17 de enero de 1967 parece que en la iglesia otro evento similar es un riesgo latente.
Tras el lamentable incendio que consumió el techo de la catedral en Notre Dame, en París, comenzaron a surgir las dudas respecto del templo católico más importante de México, construido entre 1572 y 1813.
¿Podría ocurrir en la catedral un evento similar al de Notre Dame?
Según un artículo publicado por El Universal, la falta de mantenimiento y el descuido son una constante en el inmueble -afectado también por los sismos de septiembre de 2017.
Además del hundimiento del suelo, en la Catedral pueden verse cables sin protección (es decir, no están entubados o en canaletas) y extintores sin la debida señalización. En la estructura del templo se puede apreciar la presencia de hierbas.
Tampoco se usan al interior del recinto veladoras de resistente ignífugo para proteger del fuego y, al parecer, las piezas de madera no fueron tratadas con un retardante para evitar su combustión en caso de incendio.
Hay 51 cámaras de vigilancia, pero sólo 45 están en operación en un lugar que desde 1987 es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Cables en desuso sin las debidas normas de seguridad para aislarlos o cables colgando de una columna a otra se pueden apreciar en el recinto, mientras que algunos de los extintores no tienen la correcta señalización y tampoco se sabe de qué material es la malla colocada en la bóveda central para detener los desprendimientos de pintura.
Entre todos estos problemas que afectan a la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico de la CDMX, la Iglesia Católica señala a las autoridades culturales como responsables del cuidado del templo, pero éstas aseguran que es labor de las asociaciones religiosas.
Arturo Balandrano, titular de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, comentó a El Universal acerca del artículo 83 de la Ley General de Bienes Nacionales.
Según el texto, las asociaciones religiosas son las que deben de llevar a cabo "a su costa las obras de construcción, reparación, restauración, ampliación, remodelación, conservación, mantenimiento y demolición" de los inmuebles dedicados a fines religiosos.
De acuerdo con el artículo 81 de la misma ley, la Secretaría de Cultura sólo deberá "revisar, aprobar y, en su caso, ejecutar los proyectos de obra que le presente la asociación religiosa usuaria de cada inmueble, para su mantenimiento, conservación y óptimo aprovechamiento".
Las autoridades religiosas rechazaron ofrecer una entrevista sobre el tema, pues aseguraron que el tema concierne a la Secretaría de Cultura.
La Catedral Metropolitana está asegurada contra incendios, ciclones, lluvias, inundaciones y huracanes, pero por el alto costo de la póliza quedaron fuera riesgos relacionados con sismos o volcanes.
Lo cierto es que el templo sigue siendo vulnerable a cualquiera de esos eventos, lo que pone en riesgo no sólo su estructura sino también los tesoros que resguardan sus cinco altares, 16 capillas y 2 órganos monumentales.