El Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de México le impuso una sentencia de 31 años de cárcel a "El Chanchola", identificado como el líder de la banda que secuestró al entrenador argentino Rubén Omar Romano.
De acuerdo con la investigación, Jose Luis S. Canchola planeó el secuestro del estratega dese el interior del penal Santa Martha Acatitla, en el oriente de Ciudad de México.
Casi quince años después, el acusado permanece recluido en el Centro Federal de Readaptación Social de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, donde habrá que sumarle los años de su nueva condena.
A unos 300 metros de la entrada de La Noria, la casa del Club Deportivo Cruz Azul, en Xochimilco, el estratega fue secuestrado la tarde del 19 de julio de 2005.
Estuvo recluido 65 días en una casa de la colonia Agrarista Mexicano, atrás del Reclusorio Oriente, en Iztapalapa.
Entre las declaraciones que dijo al momento de su rescate hubo una que resaltó. "Me trataron bien, aunque me quitaron la libertad, el trato fue bueno, no tengo ninguna queja en ese sentido", explicó Romano.
Años después agregó en una entrevista que la experiencia -lo tuvieron la mayoría del tiempo con los ojos cerrados- resultó ser un difícil reto psicológico, pero aseguró que logró mantener la prudencia. "Pensar en fortalecerte, en no aflojar, pensar positivo, en que esto va salir mejor, todo eso, y también el deporte, todo eso, me ayudo a entender el momento por el que estaba pasando".
Cuando era en su momento el director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Genaro García Luna aseguró que los secuestradores no iban específicamente por Romano.
"Ellos apostaban por agarrar a alguien del club, sin saber exactamente a quién, pero se dio el caso de que el día del plagio, Romano sale solo, cuando siempre viajaba con su auxiliar", detalló.
También dijo que casi todos los integrantes de la banda eran "novatos en secuestros" y que estaban más entrenados en los asaltos.
En aquel entonces los detenidos formaban parte de la banda de Los Canchola, dirigida por el acusado desde el interior de la cárcel. De acuerdo con la Agencia Federal de Investigación (AFI), el grupo realizaba entre 80 y 100 llamadas telefónicas diarias de la cárcel para extorsionar.
Sánchez Canchola recibió una sentencia definitiva de 31 años 25 días de prisión y seis mil 744 días de multa.