(Video: Twitter)
El sanguinario Cártel del Noroeste parece no tenerle miedo a nada, ni siquiera a salir a las calles de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y ser capturados por elementos de la Policía Federal.
En un video que circula en redes sociales, se muestra como sicarios de dicha célula delictiva se pasean por una vía principal del lugar. Montados en una camioneta roja tipo pick up, vestidos como policía naval y los rostros cubiertos, es así como los presuntos narcotráficantes realizan los rondines por la ciudad para revisar otros vehículos y descartar que en ellos viajen integrantes de algún grupo rival.
Para los tamaulipecos este tipo de escenas se han convertido en algo común; sin embargo, no son denunciados por miedo a represalias.
Los chalecos apócrifos de la Secretaría de Marina son necesarios para que los narcos no llamen la atención de los habitantes, incluso del mismo gobierno. Algunos de ellos también portan armas calibre 50.
Aunque su nombre comenzó a sonar más en los últimos años, el surgimiento del Cártel del Noroeste se remonta a la década de los ochenta y noventa, cuando el Cártel del Golfo estaba en su apogeo.
A finales de los noventa algunos de los capos empezaron a reclutar exmilitares y antiguos policías federales para contratarlos como sus guardaespaldas.
La razón era que si llegaban a ser detenidos por las autoridades, recibían una pena menor si únicamente les encontraban droga, en lugar de armas. Los guardaespaldas eran los únicos que estaban armados, por lo que a los capos, no los podían acusar de portación de armas.
Osiel Cárdenas Guillen, antiguo líder del Cártel del Golfo que en 2010 recibió una sentencia de 25 años de prisión, fue uno de los principales narcos que comenzaron a reclutar guardaespaldas militares, quienes más tarde serían nombrados como “Los Zetas“.
A partir de ahí, dicha célula delictiva cobró un nuevo significado. Según el gobierno federal le quitó terreno al Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Como toda célula delictiva, algunos de sus miembros fueron encarcelados por el tráfico de drogas. Éstos personajes son importantes ya que al salir de prisión, fundan dos nuevos grupos criminales: Los Zetas Vieja Escuela y el Cártel del Noroeste.
Este último grupo instaló su base de operaciones en la Ciudad de Nuevo Laredo, aunque también tienen presencia en otros estados como Veracruz, Tamaulipas (Ciudad Victoria), Nuevo León (Monterrey) y Zacatecas.
Su habilidad para hacerse pasar como marinos o policías federales ha sido un punto a favor de los sicarios, pues han podido “cazar” más fácilmente a sus grupos rivales. Además, evitan ser identificados por el gobierno.