El mundo del narcotráfico en México es violento. En especial cuando se mira desde los estados del noroeste del país, donde la muerte va ganando el juego de la vida.
Cada cierto tiempo salen a la luz historias que no dejan de sorprender, y que en el peor de los casos incluyen sacrificios humanos.
—¿Cuál es la pena que aplican cuando capturan a sus enemigos?, preguntó el periodista Jon Lee Anderson a un exsoldado Zeta.
Casi sin pensarlo, el sicario respondió: "Hemos tenido mucha gente que trabaja con nosotros. Luego los agarran, los meten a la cárcel y ya después salen. Aunque algunos de ellos quieren hacer su vida de otra manera, otros forman su propio 'cartelito' con su propia gente. Entonces, los echamos directo a la cocina"
—¿Cómo es eso?, reviró Jon Lee.
"Te llevas a las personas detenidas en unos toneles (tambos). Les haces hoyos y luego los pones cerca de un arroyito o pozo. Ya que estás ahí, echas a la persona de cabeza y le pones diésel y la desapareces de este mundo.
El método conocido como "la cocina" disuelve los cuerpos, debido a que el combustible que cae en la piel es corrosivo. Según los sicarios, el procedimiento dura como media hora.
Según consta en las investigaciones de la Secretaría de Seguridad Pública, el exlíder de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, cometió al menos 72 asesinatos utilizando dicho método: echar los cuerpos en un tambo, poner líquido famable e incendiarlos.
Otro de los presuntos dirigentes de la organización criminal que utilizaba crueles métodos de ejecución era Heriberto Lazcano, alias "El Z3", quien supuestamente obligó a sus "enemigos" a entrar a una jaula con mascotas exóticas: leones y tigres. Lazcano cayó en un tiroteo en 2012 con militares mexicanos.
Al parecer este tipo de ejecución fue "copiado" de los narcotráficantes colombianos, de quienes se dicen tenían en su poder animales peligrosos como símbolo de estatus.
Dan sicarios "probadita" extrema
En 2009, los agentes federales detuvieron a Santiago Meza López, alias "El Polozero" . López confesó haber disuelto más de 300 cuerpos en baños de ácido para el Cártel de Tijuana. Según se informa, Teodoro García Simenta, presunto cabecilla del cártel de Tijuana, le pagó a Meza López para que se deshiciera de las víctimas del cartel.
Para esto, llenó un tambor con 200 litros de agua y dos sacos de soda cáustica. Luego los puso sobre fuego para hervir los cuerpos
Este caso sucedió en 2013, poco antes de la que la policía de Texas detuviera a Marciano "Chano" Millan Vázquez . Los tribunales lo condenaron por 10 cargos por homicidio y narcotráfico. Vázquez, un presunto asesino a sueldo de Los Zetas, estuvo involucrado en el secuestro de un antiguo cabecilla de las drogas. Más tarde, éste testificó contra Vázquez, alegando que el Zeta lo llevó a un lugar escondido, donde también había raptado una familia.
Según se informa, los funcionarios estadounidenses tomaron un cargamento de narcóticos, y "Chano" buscó un castigo contra el hombre por no pagar los bienes perdidos. Cuando el sicario se quitó la venda, la "víctima" vio a una familia, una pareja y su hija de 6 años, de pie cerca de un barril en llamas. Los miembros del cártel obligaron a los padres a mirar como Vázquez desmembraba a la niña con con un hacha . Luego arrojó sus extremidades al fuego. El despiadado hombre repitió la misma acción con los padres.