El cuerpo de Luz Adriana Castillo Vázquez, de 19 años, fue encontrado en la alcaldía de Coyoacán, en Ciudad de México, el 8 de abril de 2017, pero su familia, que entonces ya la buscaba, no fue notificada hasta 20 días después, ya que los responsables de su muerte habían usado Instagram para dar pistas falsas sobre el paradero de la joven.
Luz Adriana acababa de terminar un curso para entrar a la universidad y estaba en trámites para ingresar a la Facultad de Veterinaria, ya que tenía seis perros, un gato y dos cuyos.
La estudiante fue vista por última vez el 31 de marzo de ese año, y su último rastro fue una extraña foto en la red social en la que no se veía su cara completa, sólo la boca y la barbilla con la leyenda "necesito más fiestas como esta".
Cuando los padres quisieron reportar su desaparición, para las autoridades lo publicado en la red social era una pista clara de que Luz Adriana se había ido con sus amigos y que sólo había que esperar a que regresara.
Para su familia era claro el mensaje que les quisieron dar las autoridades: era mujer, había ido a divertirse sola, "se lo tenía buscado", seguro se había escapado con el novio para "irse de luna de miel", "no era para considerarla desaparecida", fueron algunas de las razones que indirectamente recibieron los padres, pero para ellos era obvio que "alguien quiso denostarla".
La foto, que para las autoridades era la pista principal de que no estaba desaparecida, fue tomada en un plano cerrado, no se veía ninguna fiesta y tampoco ninguno de sus amigos. Sólo se aprecia lo que presuntamente era su boca y la ropa que traía puesta el último día que la vieron.
Otra pista expuesta por las autoridades es que el novio fue la última persona que la vio con vida. Después de comer juntos tuvieron una pelea por culpa de un mensaje que había recibido de otra joven.
Tenían dos años juntos, pero se habían separado luego de tener algunos problemas. Los padres de la joven no sabían que se habían reconciliado.
El 26 de abril, recibieron una llamada en las que les señalaban que en el forense había un cuerpo que podría ser el de su hija. Por el tiempo que paso ya estaba en estado de descomposición e irreconocible, pero la ropa, el cinturón y las botas con las que fue encontrado, era los de la joven que había muerto por golpes en el pecho y el cabeza.
Una prueba de ADN confirmó que se trataba de ella.
Su cuerpo fue encontrado en la calle ocho días después que sus padres quisieron reportar su desaparición, pero la notificación les llegó tres semanas después, un día antes que fuera enviado a la fosa común.
Por la hora en que se publicó, la fotografía de Instagram pudo haber sido tomada y publicada por su asesino cuando ella ya estaba muerta.