Formaban un dúo bastante extraño en México: el multimillonario de fama mundial y el político de izquierda en ascenso. Durante años, se unieron en proyectos y se elogiaron mutuamente en público.
Sin embargo, mientras el político, Andrés Manuel López Obrador, preparaba su arribo al palacio presidencial a fines del año pasado, su relación con el multimillonario, Carlos Slim, cambió repentinamente. El hombre más rico de México no se unió al consejo asesor empresarial del presidente y AMLO, como se conoce al mandatario, arremetió contra una de las compañías de Slim.
Una posible razón que explique el distanciamiento: una nota escrita a mano que Slim envió en octubre.
Mientras López Obrador sopesaba si debía cancelar un aeropuerto en construcción de US$13.000 millones en Ciudad de México, Slim contactó al presidente a través de una carta personal en la que le pidió salvar el proyecto, según dos personas conocedoras del asunto. Argumentó que el aeropuerto se podía entregar al sector privado y ofreció hacerse cargo de la iniciativa, señalaron las fuentes, que pidieron no revelar su identidad.
El fuerte apoyo de Slim no fue una sorpresa, defendió públicamente el proyecto y habló sobre la opción de privatizar el aeropuerto, lo que se conoce como una concesión, y en la nota también propuso que el acuerdo incluyese las operaciones de otro aeropuerto cercano, el de Toluca. A López Obrador, quien acababa de basar su campaña ganadora en la promesa de frenar a la elite corporativa de México, no le gustó la propuesta, indicó una de las personas.
Ya conocemos el desenlace: López Obrador siguió adelante con un referendo público sobre el aeropuerto y luego canceló el proyecto. Slim, quien invirtió fuertemente a través de contratos de construcción y un vehículo de financiamiento, recibió un golpe duro, y la nota y la respuesta de López Obrador dan una idea del enfriamiento de una relación aparentemente buena que se remonta a casi dos décadas. Ahora el presidente es más íntimo con otro multimillonario, Ricardo Salinas.
Historial
Ambos tienen un historial de colaboración; se aliaron para renovar el centro histórico de Ciudad de México cuando López Obrador era alcalde la década pasada, y en un país donde las conexiones personales pesan mucho en la política, la hija del secretario de Turismo de AMLO está casada con el hijo mayor de Slim.
En una señal de lazos desgastados, Slim fue el único magnate de los medios de comunicación mexicanos ausente cuando el presidente anunció su consejo asesor empresarial en noviembre. López Obrador afirmó el mes pasado que la energética del multimillonario se beneficiaba injustamente con la paralización de obras de gasoductos. También anunció en una de sus conferencias de prensa diarias que Slim, de 79 años, se retiraría en los próximos años. El vocero de Slim formuló posteriormente comentarios más moderados.
El portavoz, Arturo Elías Ayub, aseguró el viernes que no hay conflicto entre Slim y el presidente. Por el contrario, "Slim está en total acuerdo con las principales prioridades de AMLO, como la lucha contra la pobreza, la corrupción y mejorar la seguridad pública", aseveró. "Ambos creen en promover el crecimiento económico a través de la inversión privada y extranjera". La oficina de prensa de López Obrador no respondió a solicitudes de comentarios.
Otrora el hombre más rico del mundo, Slim ha perdido terreno con el paso de los años y ahora figura en el lugar número 10 del índice de multimillonarios de Bloomberg, con una fortuna de US$58.700 millones. Aún así, es por lejos la persona más adinerada de México. La mayor parte de su dinero proviene de las telecomunicaciones, pero su imperio también abarca los sectores de construcción, banca y minería.
Fuente: Bloomberg