Una periodista, que no se identificó, preguntó a Andrés Manuel López Obrador si estaba investigando sobre nepotismo en el gobierno. En cuestión de minutos, las redes sociales se encendieron con mensajes que la llamaban una vaca, una integrante de la gestapo y una "marrana floja" por no levantarse de su asiento para hacer su pregunta al presidente.
Su crimen fue interrogar al enormemente popular mandatario mexicano, un izquierdista cercano a la gente que celebra una conferencia de prensa todos los días de la semana, pero no aprecia cuando la prensa lo confronta. Los devotos de López Obrador en internet tampoco lo hacen y desatan campañas de odio llenas de vituperios contra corresponsales que parecen ser promovidas en gran parte por bots.
Es algo que el jefe de Estado mexicano tiene en común con su homólogo estadounidense, Donald Trump, con quien raramente está de acuerdo: el desprecio por los periodistas que no están en sincronía con su gobierno.
En lugar de hablar de "noticias falsas", López Obrador tiende a usar la palabra "fifí", que tiene connotación de elitista alejado de la realidad. AMLO, como se le conoce, también ha calificado a periodistas y organizaciones de noticias como "fantoches", "hipócritas" y "doble cara". A sus partidarios en la web no les intimida usar un lenguaje mucho más áspero y grosero.
Los mensajes incendiarios en redes sociales, de grupos a favor y en contra de AMLO, generan preocupación por el aumento de la polarización en la sociedad mexicana en general y la sofocación del discurso político.
"Es importante ver el impacto de la polarización en el país", comentó Rossana Reguillo, científica social del ITESO, una universidad de Guadalajara. "Es difícil tener un debate real".
Del mismo modo, las expresiones de animosidad hacia la prensa son particularmente inquietantes en un país que es el más peligroso para los periodistas en el hemisferio occidental. Al menos tres han sido asesinados este año.
"Lastimosamente, lo que vemos hoy es que el presidente estigmatiza constantemente a la prensa", lamentó Ana Cristina Ruelas, directora regional de Article 19, un grupo que defiende la libertad de información. "En el momento en que estigmatizas a la prensa, la violencia contra ellos podría estar justificada".
Los ataques contra periodistas en redes sociales, particularmente en Twitter, han aumentado desde que AMLO asumió la presidencia en diciembre, según un estudio del ITESO dirigido por Reguillo. La investigación mostró que cuentas coordinadas de Twitter manejadas por bots refuerzan y amplifican comentarios del mandatario contra los medios.
La confrontación completa a partir del minuto 40:45
Cuando se le ha pedido suavizar sus palabras, AMLO ha hecho lo opuesto, insistiendo en que tiene derecho a criticar a los medios de comunicación que, a su juicio, tienen una agenda editorial para desacreditarlo. El presidente ha negado que él o su gobierno tengan algo que ver con cuentas manejadas por software.
"No es cierto que haya un grupo promovido por nosotros para defendernos en contra de los que nos critican. Nosotros no tenemos bots", aseguró López Obrador cuando se le preguntó en una conferencia de prensa sobre los hallazgos del ITESO.
Daniel Blancas, periodista de La Crónica que fue secuestrado y golpeado mientras investigaba sobre robos de combustible en México, advirtió que López Obrador debe tener más cuidado con las palabras que usa cuando arremete contra los medios de comunicación. Agregó que sus vivencias lo han vuelto más cauteloso ante los insultos que recibe por correo electrónico y en redes sociales cada vez que plantea una pregunta complicada en una conferencia de prensa.
El presidente "debe entender que la prensa no está ahí para agarrarlo de la mano y decirle vamos juntos", afirmó. "La prensa está ahí para vigilar".
AMLO, quien según ciertas encuestas cuenta con una aprobación cercana al 70 por ciento cinco meses después de iniciar su sexenio, ha insistido en que no solo hay libertad de prensa en México, sino también espacio para criticar a su gobierno.
Al observar las tormentas de mensajes en redes sociales contra la prensa, la última parte puede parecer cuestionable.
De acuerdo con el estudio del ITESO los bots de Twitter, programas informáticos creados por personas partidarias de AMLO, detectan rápidamente un objetivo y lanzan mensajes agresivos en su contra. Pueden crear fácilmente tendencias utilizando hashtags y reforzar ciertos comentarios presidenciales, reproduciendo en instantes los mensajes en muchas cuentas.
ITESO detectó que una de esas cuentas estuvo detrás de un ataque reciente al diario Reforma, que suele incluir artículos de primera plana contrarios a los puntos de vista del presidente y se ha convertido en uno de los blancos favoritos del mandatario. El hashtag #ReformaTodoLoDeforma dominó la conversación en Twitter durante todo un día.
La sección de comentarios en las transmisiones en YouTube de las conferencias de prensa presidenciales es una catarata de insultos dirigidos a los periodistas que toman el micrófono. Se les acusa de recibir sobornos, ser irrespetuosos o cosas peores. Los comentarios contra reporteras tienden a mostrar un sesgo de género. Se les llama "putas" o "perras" o se burlan de ellas por no usar maquillaje y en ocasiones se les denigra con referencias a actos sexuales.
Pese a que comienza a las 7 am, la conferencia de prensa diaria puede acumular una audiencia de hasta 50.000 espectadores en el canal oficial de YouTube. La sección de comentarios se convierte rápidamente en un desfile interminable de mensajes.
También hay un número cada vez mayor de usuarios de YouTube y bloggers a favor de AMLO que graban porciones de las conferencias y las usan para producir segmentos en los que critican o se burlan de periodistas. El mes pasado, cientos de ellos se reunieron fuera del Palacio Nacional para exigir más acceso a las conferencias de prensa. Gritaron "mentirosos" y "vendidos" a los reporteros que abandonaban el evento.
Alejandro Páez, editor del sitio web de noticias SinEmbargo.mx, escribió recientemente sobre lo que denominó "basura" arrojada a los periodistas en la red.
"El asunto es que no se queda allí. Luego, más tarde, localizan al reportero o a la reportera en sus cuentas personales de Facebook o de Twitter y le descargan ofensas, amenazas. No importa quién sea, de qué escriba", criticó. Solo basta con "cuestionar a Andrés Manuel López Obrador".
Fuente: Bloomberg