Juan Ruiz era un hombre muy pobre que vivía en el municipio de Amecameca, en el Estado de México. Con hijos que mantener a menudo se sentía desesperado por su situación económica.
Siempre que se emborrachaba invocaba al diablo para reclamarle por su precaria situación económica.
Un día, en un peña en el camino a Tlamacas, en el que presuntamente se aparece el diablo, decidió firmar un pacto con el macabro ser a cambio de convertirse en un hombre rico. En el trato no sólo le entregaba su alma sino también las de su esposa e hijos.
Cuenta la leyenda que a los pocos días se presentó en la casa de Juan un hombre muy elegante para llevarle una gran cantidad de dinero, gracias a esa entrega él y su familia dejaron la pobreza.
El precio del pacto
El sito web de mitos y leyendas del gobierno del Estado de México relata que poco después, Juan empezó a actuar de forma extraña: siempre tenía miedo y presentaba una especie de delirio de persecución.
Ante los fuertes cuestionamientos de su esposa sobre su comportamiento, confesó que había firmado con el diablo un pacto con sangre en el que le entregaba su alma a cambio de riquezas, pero también lo hacía dueño de las almas de sus familias.
Para evitar que la desgracia cayera sobre su familia, Juan huyó a las montañas, pero para impedir que entregara su alma, familiares y habitantes del pueblo fueron a buscarlo con agua bendita, ceras y palmas. Cuando estaban a punto de alcanzarlo, lo cubrió una nube negra que cuando desapareció se llevó al hombre.
Como único rastro de Juan, el grupo descubrió pisadas en la tierra: una era humana y la otra de un macho cabrío (un mamífero rumiante ovino). Más adelante encontraron uno de sus huaraches y a la entrada de la cueva ubicada en la peña encontraron el otro, para entonces, en el suelo ya no aparecían pisadas humanas, sólo de un animal.
A la entrada de la cueva, según la leyenda, estaba un letrero escrito con sangre que advertía "Aquí en esta cueva se da de alta Juan Ruiz".
Cuando entendieron que ya no había nada que hacer, la gente regresó al pueblo. Al poco tiempo, de manera inexplicable, la familia de Juan se quedó sin dinero y volvió a ser pobre, aún más que antes.
Unos meses después cayó un puente que estaba sobre el Río de la Verdura mientras pasaba un grupo de niños, dos de los cuales eran hijos de Juan, dos de los cuatro menores lograron ser rescatados, pero la corriente se llevó sólo a los hijos del hombre que había hecho pacto con el diablo.
Otros familiares de Juan también murieron de manera extraña.
La zona de la peña es muy transitada por peregrinos que acuden a distintas festividades religiosas, principalmente la de la Virgen de Guadalupe, en Ciudad de México, y afirman que a su paso por este lugar siempre observan cosas extrañas.