Daniel Camacho, el monero que ha ilustrado a tres partidos en el poder en México

La caricatura política es una forma inteligente de criticar y hacer reír a la gente de situaciones que mostradas sin el filtro del humor llevarían al llanto. Ese es el trabajo de Daniel Camacho, monero desde hace 28 años

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El monero ha dibujado tres sexenios (Foto: Cortesía SinEmbargo)
El monero ha dibujado tres sexenios (Foto: Cortesía SinEmbargo)

Por Kayleigh Bistrain

Hace seis años la editorial Cal y Arena recopiló las caricaturas que Daniel Camacho hizo durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), publicadas con el título "Haiga sido como haiga sido". El 28 de marzo presentó en la Ciudad de México su segundo libro, editado por Grijalvo, titulado "¡Ya supérenlo! El sexenio de Enrique Peña Nieto en 100 caricaturas; no, menos, como 250", en referencia a uno de los errores del ex presidente cuando viajaba en avión a la entidad de Oaxaca, después de los temblores de septiembre de 2017.

El monero ha retratado los tres cambios de partido en el poder de la historia reciente en México. Dibujó los 12 años del Partido Acción Nacional (PAN), el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el triunfo de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

En su momento, cada organización política lo acusó de estar del lado de la oposición, pero Camacho dice que él se dedica a criticar a quien está en el poder sin filias ni fobias.

El caricaturista, en entrevista para Infobae México, dijo que el color que más usó para hacer los cartones del sexenio de Calderón fue el rojo que se oscureció hasta convertirse en el guinda que utilizó durante el gobierno de Peña Nieto.

El rojo sangre del sexenio de Calderón no solo fue una manera de simbolizar al gobierno, sino también a los cárteles que poco a poco se volvieron más sanguinarios, comportándose sin temor a nada.

En el sexenio de Peña Nieto, continúa Camacho, la violencia dio un giro. Se descubrieron fosas en todo el país y hubo desaparecidos. Fue como despertar de una cruda terrible y descubrir que de los mares de sangre se convirtieron en fosas. Por eso el rojo se transformó en guinda, el tinte de los que resulta de combinar los muertos y la tierra.

Los dos temas más significativos que ilustró de ese sexenio fueron la corrupción y los desaparecidos. La casa blanca del presidente, la de Malinalco de Luis Videgaray y el Caso de Igual son algunos de los sucesos que no dejó de criticar.

"La decepción de una sociedad que tolera la corrupción" fue la sensación que le dejó el último gobierno priista. "Las respuestas desde el gobierno a los casos de corrupción no eran convincentes y aún así no hicimos nada. Somos una sociedad que tiene un umbral de tolerancia ante la corrupción muy grande, pero respondieron ejerciendo su derecho al voto", dijo.

Durante la presentación del libro, el escritor Guillermo Fadanelli dijo que los cartones de Camacho muestran el desprestigio de la política mexicana. También destacó la relevancia de su trabajo porque en un ambiente hostil como el del país, "la sonrisa funciona como una fórmula para atenuar la tragedia".

El escritor y periodista Rafael Pérez Gay, quien también intervino en la presentación del libro, dijo que la caricatura política es una manera inteligente de reír y criticar. "Camacho es parejo en su crítica, desmenuza a todos sin importar el partido al que pertenezca". Y definió el trabajo del caricaturista como un cronista con dibujos. Retrató a Peña Nieto como un hombre vació, frívolo sin un gran léxico, concluyó.

La importancia que el dibujante ve en la caricatura está en que hace reír de sucesos que deberían hacer llorar a la gente. "Lo que busco es un momento efímero de reflexión y provocar una pequeña sonrisa de los políticos cínicos".

Aunque el nuevo gobierno tiene 4 meses apenas, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha estado por más de 30 años en la vida política del país. Antes el mechón parado de su cabello era lo más caricaturizable de su físico, dice el monero, ahora lo peinan perfectamente, pero con el tiempo se verá que otras características pueden exagerar. Tiene seguridad en que lo seguirá dibujando, porque él dibuja a quien está en el poder y los critica.

Para Camacho, hasta ahora el presidente respeta la libertad de prensa porque si no lo hace los medios o periodistas afectados van a decir que el mandatario los censuró. Al menos en el periódico donde él trabaja no ha sentido que no se respete la libertad de prensa en estos meses de gobierno morenista, pero no cree que el presidente sea tolerante a la crítica porque siempre sale a responder a los señalamientos.

El estilo de gobernar de López Obrador es muy diferente al de Peña Nieto. AMLO habla todos los días con los periodista; "los reporteros le preguntan lo que quieren y él responde lo que quiere también".

Sin embargo, está en desacuerdo con que se etiquete a las personas. "En este país tenemos una pobreza que lastima frente a una riqueza que ofende, querer calificar de manera simplista a alguien como chairo o fifí es polarizar a un país que tienen un problema de desigualdad marcada" concluye.

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