Un último informe realizado por Greenpeace ha revelado que la calidad del aire en la Ciudad de México mejoró radicalmente en relación a los últimos 20 años durante el periodo de desabasto de gasolina registrado del 8 al 26 de enero de 2019.
En estas fechas, se respiró aire que cumplió lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para partículas suspendidas en, por lo menos, 80% de los días. Lo que significa que, por primera vez en dos décadas, los habitantes de la capital respiraron aire de calidad.
La observada mejora en los niveles de CO y óxidos de nitrógeno se explica por el desabasto de gasolina, ya que el transporte es el principal emisor de estos gases.
El análisis de las condiciones meteorológicas mostró que difícilmente las condiciones de viento en superficie y altura, estado de la capa de mezcla y la temperatura superficial pueden explicar las concentraciones anómalas durante el desabasto.
De acuerdo con el reporte La verdadera consecuencia del desabasto de gasolina, elaborado por Jorge García Franco, del departamento de Física de la Universidad de Oxford, en el periodo ya mencionado se observó una notable disminución en 5 contaminantes principales: óxidos de nitrógeno NOx (NO+NO2), monóxido de carbono (CO) y material particulado menor a 2.5 y 10 micrómetros (PM2.5 y PM10).
Para el caso del monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno durante el desabasto de gasolina, las concentraciones promedio fueron menores a cualquier otra observada en las últimas dos décadas. En varias de las 18 estaciones del Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México, tanto el CO como los NOx disminuyeron al menos en un 1.5 partículas por millón (ppm).
Metodología del estudio
El análisis de concentraciones de material particulado muestra que en comparación a los demás años, entre el 8 y el 26 de enero de 2019, se tuvo el menor porcentaje de días con una calidad de aire inferior a los estándares establecidos internacionalmente.
En contraste al 80% de cumplimiento que se tuvo en este año, 2018 sólo cumplió con los estándares en 50% de los días.
El investigador señaló que los datos fueron obtenidos mediante el análisis de las concentraciones de gases y partículas medidos por la Red de Monitoreo Atmosférico y su contraste con las mediciones de este año con las de los últimos 20 años.
Las condiciones meteorológicas fueron evaluadas para determinar si
la temperatura y velocidad de viento fueron anómalas durante el período de desabasto.
Debido a que "no se encontraron condiciones particularmente atípicas de altura de capa de mezcla, viento en superficie y en altura, se puede concluir que es altamente probable que los cambios observados en las concentraciones durante el periodo de desabasto fueron producto de menos tráfico y menos emisiones", determinó la investigación.
La contaminación de Ciudad de México
Los resultados de este reporte ejemplifican lo sensible que es la calidad del aire al tráfico vehícular de Ciudad de México y lo importante que pueden llegar a ser las estrategias de movilidad.
"Esto visibiliza los cambios extraordinarios que experimentó la calidad del aire en la CDMX durante el periodo de escasez, lo cual fundamenta nuestra exigencia de mejorar y ampliar la infraestructura de transporte público, principalmente eléctrico, y no motorizado, con el objetivo de mejorar el aire que respiramos y reducir las emisiones de GEI que se generar por la forma en que nos movemos en las ciudades", señaló Pablo Ramírez, responsable de los temas de Calidad del aire del proyecto de Revolución Urbana de Greenpeace México.
El sector de transporte privado ocupa uno de los primeros lugares en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y partículas nocivas para la salud. Por ello, es clave implementar estrategias que regulen el uso de este tipo de transporte y se desarrolle mejor infraestructura para el transporte público.
Alemania, Holanda y Dinamarca son países en los que "muchas bicis y pocos coches" le permiten a sus habitantes respirar uno de los aires más limpios del mundo, por lo que México necesita adoptar medidas similares si se quiere mejorar la calidad del aire y contribuir a sus objetivos internacionales en materia de cambio climático.
"Esto que sucedió fue un ejemplo de cómo se podría mejorar la calidad del aire a partir de cambios en las tendencias de movilidad en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), un ejemplo que se dio de forma fortuita durante el desabasto de gasolina que experimentamos en enero de 2019″, concluyó Ramírez.