Con bombo y platillos, así fue la presentación de una calle recién pavimentada que en 2015.
El homenaje a Juan Nepomuceno Guerra fue encabezado por Egidio Torre Cantú, entonces gobernador de Tamaulipas, y el alcalde de Reynosa, José Elías Leal. Ambos se presentaron ante la ciudadanía para cortar la cinta de esta calle recién pavimentada.
Las obras de pavimentación en la colonia Reserva Territorial Campestre incluía ocho calles, con una inversión del estado de 8.5 millones de pesos. Sin embargo, en el día de su presentación esta no fue la noticia.
Lo que acaparó los titulares de medios locales y hasta nacionales, fue que una de las calles llevaba el nombre del fundador de uno de los cárteles más importantes en México, y que además tenía presencia en el estado fronterizo.
La calle, localizada en uno de los barrios de escasos recursos, cruza con División del Norte y Américo Villarreal; y hasta la fecha se puede encontrar bajo este nombre en Google Maps.
Cuando en aquel entonces las autoridades de la localidad fueron cuestionadas por la asignación del nombre, sólo se limitaron a decir que la calle llevaba más de 25 años llamándose así y que había sido aprobado durante la presidencia municipal de Ramón Pérez García, quien gobernó entre 1990 y 1992.
Juan N. Guerra, una leyenda del narco
Juan N. Guerra comenzó como traficante, contrabandeando licor y tabaco en la década de 1930, hasta que controló toda la actividad de contrabando así como los bares de la zona fronteriza de Matamoros.
A él se le atribuye la fundación del Cártel del Golfo y la construcción de un imperio de contrabando, aunque el siempre lo negó y se limitaba a describirse como un "hombre de negocios" de Matamoros.
Antes de morir de causas naturales en 2001, le concedió una pequeña entrevista al reportero del New York Times, Sam Dillon, en 1996.
En esos años, su nombre salió en los periódicos porque su sobrino, Juan García Ábrego, había sido detenido en Houston por una operación de tráfico de cocaína.
En esa ocasión, Guerra dijo que no era un traficante, sino sólo un ciudadano común. "Ve a hablar con el presidente o con un general o alguien importante", concluyó el hombre, quien para ese momento ya se encontraba en silla de ruedas.
En su reportaje, Dillon describió a Guerra como un bandolero cauteloso que supo construir su fortuna a través del comercio de armas, la prostitución y otra serie de actividades ilegales.
Ramón Antonio Sampayo, quien en esos años era alcalde en Matamoros, lo describió como una "leyenda". Los informes de inteligencia de Estados Unidos, lo describían como un hombre con gran influencia política.