Hermenegildo Valle Castro es un ejemplo por seguir para su familia y la comunidad de Guasave, en Sinaloa. A sus 96 años, ha demostrado que nunca es tarde para alcanzar tus metas, así como él, quien acaba de concluir sus estudios de nivel primaria.
Es el primero de siete hermanos en conseguir tal reconocimiento, pues en sus años de juventud el acceso a la educación era un lujo que su familia no se podía permitir.
En entrevista para Infobae México, Hermenegildo narró su historia y el placer que le ocasionó ver cumplido su sueño de infancia.
Al igual que millones de mexicanos, su vida comenzó en el campo cuidando el ganado y arando la tierra. Vivía en un rancho, alejado de la urbanización. Era la década de 1930, y en aquellos años era rara la zona donde había una escuela.
En consecuencia, la mayoría del tiempo lo pasaba trabajando con su padre, pastoreando. Solo en raras ocasiones iba a la escuela a que le escribieran las letras en una hoja de papel, y así, mientras cuidaba de los animales, practicaba el alfabeto.
Este fue el método que utilizó Hermenegildo para aprender las letras y los números. Y fue hasta muchos años después que la esposa de uno de sus hermanos mayores le enseñó a leer. Según cuenta, siempre estuvo buscando quién lo ayudara con su formación profesional.
"Poco a poco, por medio de amistades, fui agarrando los primeros puntos. Me fui dedicando a otros negocios con la familia. Fui mejorando, tuve negocios comerciales, y en 1950, me metí a negocios de cantinas, donde manejé algo de contabilidad".
Su prestigio fue tal que lo lanzaron como candidato administrativo del ejido en el que estaba y luego del comité regional, donde también estuvo. A pesar de esto, en su horizonte no se encontraba la posibilidad de su formación básica.
Fue hasta hace unos meses, cuando el Instituto Nacional de las Personas Adultos Mayores (INAPAM) en Guasave lanzó una campaña de alfabetización para la gente que no había concluido sus estudios, que decidió cerrar ese ciclo.
Rogelio Valle, hijo de Hermenegildo, contó en entrevista a Infobae México que su padre escuchó hablar de esa campaña y le pidió a su nieta que le investigara cómo funcionaba "porque él quería terminar de pérdida la primaria".
"Entonces ella ya fue y lo registró. Ahí le dieron unas guías de estudio y fue ella quien lo asesoró, para que luego en el sitio le aplicaran los exámenes correspondientes".
Durante 3 meses, su nieta, quien vive en una casa contigua a la de su abuelo, lo asesoró y llevó a las pruebas necesarias para que pudiera certificarse.
Madeline, mi nieta, me animó. Ella está estudiando la carrera para ser maestra y me apoyó
Tras una serie de pruebas, este carismático personaje recibió hace tres semanas un reconocimiento oficial que acredita que terminó los estudios de nivel primaria.
"Fue un gran placer, porque fue una cosa que nunca en mi juventud tuve la oportunidad de hacer y yo tenía muchas ganas de aprender algo. Me dieron un certificado y la cosa fue una sorpresa; me dio mucho gusto, y para la familia y amigos ha sido una cosa de mucha felicidad".
Este hombre, quien dentro de 21 días cumplirá 97 años, logró lo que ninguno de sus hermanos pudo, pues incluso dos de ellos fallecieron siendo analfabetas.
Aunque no cree que pueda seguir con la secundaria, pues su edad ya no lo tiene "tan cabal como antes", él se mantiene activo. Así es que incluso sigue manejando y haciendo distintas labores del hogar.
Tengo una camioneta y cuando tengo un problema o un negocio salgo en la camioneta a las partes cercanas de la ciudad. A veces me voy a pasear solo. Y en mi casa podo los árboles cada vez que sus brazos golpean con el techo de la casa
Por su parte, su hijo explicó que su padre vive en compañía de su esposa, quien tiene 77 años de edad. Se hacen compañía y se cuidan entre sí, aunque su nieta vive con su madre en una casa a lado de ellos.
"Mi padre es un plebón", concluyó Rogelio, quien nos recuerda que la edad no importa cuando las personas tienen el espíritu joven.