Un #MeToo desde la infancia para prevenir el abuso sexual en la Iglesia, en la escuela y en el hogar

El ex sacerdote Alberto Athié, uno de los principales detractores de curas pederastas en México, trabaja en un proyecto para enseñar a denunciar casos de abuso sexual dentro y fuera de la Iglesia Católica

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En México han sido suspendidos
En México han sido suspendidos 152 sacerdotes por acusaciones de abuso sexual (Foto: Cuartoscuro)

Cuando se le pregunta al ex sacerdote Alberto Athié Gallo si realmente existe disposición de la Iglesia Católica para dar respuestas a las víctimas de pederastia clerical, su respuesta es que al menos desde 1962 ya había conocimiento de estos casos y 57 años después se siguen ocultando.

Athié Gallo renunció al ministerio hace 19 años para dedicarse a investigar las denuncias sobre casos de pederastía en la Iglesia Católica.

Ahora trabaja en un proyecto para crear en México una especie de #MeToo desde la infancia para enseñar a los niños hasta dónde los adultos están traspasando los límites para entrar en un terreno en el que atentan contra la dignidad y los derechos de los menores.

Alberto Athie se dedica desde
Alberto Athie se dedica desde el año 2000 a investigar casos de pederastia clerical ( Foto:ISSAC ESQUIVEL/CUARTOSCURO)

La intención es también inculcar en los menores una cultura de la denuncia para que en cuanto identifiquen una conducta que los haga sentir mal, inmediatamente comentarlo a un adulto para así reducir las posibilidades de que se concrete el abuso sexual.

En entrevista con Infobae México, Athie Gallo aclaró que por ahora es un proyecto que se está trabajando con una escuela en Ciudad de México, pero que se busca extender a otros centros educativos.

"Yo conozco la doble victimización a la que se enfrentan los niños, principalmente en los casos de pederastia clerical, porque en un primer momento son víctimas del depredador y en un segundo momento de gente o autoridades que no se atreven a actuar en contra de un sacerdote", expresó.

Desde hace más de 50
Desde hace más de 50 años, el Vaticano creo un protocolo para los casos de abuso infantil (Foto: Getty)

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tenía registrados desde 2010 y hasta febrero de este año a 101 sacerdotes procesados luego de ser acusados de abuso sexual en contra de menores.

En junio de 2018, la CEM presentó un Protocolo de Protección a Menores en el que da la instrucción a todos los obispos, sacerdotes y agentes de pastoral para tomar las medidas que sean necesarias para prevenir conductas de abuso infantil.

En este protocolo también se instruye para que en caso de tener conocimiento sobre algún abuso, las autoridades eclesiásticas deben actuar inmediatamente y reportarlo a quien corresponda para que se proceda conforme a la ley.

Sin embargo, para Athié Gallo, el problema en el fondo sigue siendo el mismo: la Iglesia Católica existe más preocupación por cuidar la imagen de la institución que por dar una respuesta a las víctimas.

En febrero, obispos del mundo
En febrero, obispos del mundo asistieron a una cumbre en la Santa Sede sobre el tema del abuso infantil en la Iglesia (Photo by GIUSEPPE LAMI / POOL / AFP)

En el caso de México, se complica la situación porque se ha creado una "burbuja de impunidad" en la que las distintas autoridades han pasado por alto las acusaciones en contra de sacerdotes.

"Y ese es un tema que ha complicado mucho que en México se llegue a consignar a muchos responsables de abusos. Por ejemplo, Estados Unidos, que en 2001 ya había muchas denuncias en contra de curas pederastas, eso no quiere decir que sea el lugar donde el problema es más grave sino porque hay autoridades más competentes que lograron investigar y llegar hasta los culpables, por eso la Iglesia ha pagado desde entonces más de USD 3.000 millones en arreglos extrajudiciales".

Según Alberto Athié, en las últimas cuatro décadas, 500 niños fueron violados por curas en en México.

La Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales del Clero (SNAP) México ha señalado que existen aproximadamente 200 casos vigentes. La Iglesia Católica no ha asegurado que no existe una cifra.

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