Un santuario subterráneo: revelan el gran secreto que guardaba las "entrañas" de Chichén Itzá

La cueva de Balamkú, ubicada al este del Templo de Kukulkán, se trata de uno de los hallazgos más importantes en la historia de la investigación de esta enigmática cultura

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 Al este del Templo de Kukulkán, la pirámide más famosa de Chichén Itzá (en Yucatán al sureste de México), se encuentra la cueva del "dios jaguar", Balamkú. Un santuario subterráneo preservado casi intacto ante el paso del tiempo y que representa uno de los hallazgos más importantes para el entendimiento de la enigmática cultura.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló este lunes en conferencia de prensa los avances de su investigación junto con la National Geographic Society (NatGeo) y que forma parte del "Gran Acuífero Maya" (GAM), el proyecto de exploración subacuática más importante en la historia de México.

Los investigadores mostraron las imágenes al interior de la cueva (Foto: Karla Ortega)
Los investigadores mostraron las imágenes al interior de la cueva (Foto: Karla Ortega)

Especialistas del GAM han documentado uno de los hallazgos más importantes en la historia de la investigación de esta antigua ciudad maya: la cueva Balamkú,  que siginifica "dios jaguar".

Los investigadores accedieron a la cueva Balamkú, descubierta fortuitamente hace más de 50 años por ejidatarios de la zona (y cerrada casi inmediantamente después), y han documentado cientos de artefactos arqueológicos en perfecto estado de preservación pertenecientes a 7 ofrendas halladas hasta ahora.

Vasijas preservadas por siglos en un santuario subterráneo. (Foto: Karla Ortega)
Vasijas preservadas por siglos en un santuario subterráneo. (Foto: Karla Ortega)

Guillermo de Anda, arqueólogo encargado del proyecto, resaltó la importancia de esta cueva, que no ha sido saqueada debido  a que se mantuvo sellada por siglos y contiene información invaluable relacionada con la formación y caída de la antigua Ciudad de los Brujos del Agua.

Además, por su dificultad en el acceso,  se presume más "sagrada" incluso que la cueva Balamkanché, explorada en la década de los 50.

El difícil acceso y la morfología de la cueva exacerban las cualidades sagradas de la misma, lo que hace referir se trata de un contexto netamente ritual. El enorme esfuerzo que hicieron los mayas para depositar las ofrendas en las galerías recónditas y restringidas, hace pensar que  Balamkú era un lugar muy especial para la antigua civilización.

Balamkú, santuario subterráneo, ayudará a reescribir la historia de Chichén Itzá, aseguró de Anda.

Aún hay restos incinerados al interior. (Foto: Karla Ortega)
Aún hay restos incinerados al interior. (Foto: Karla Ortega)

Hasta la fecha se han encontrado 7 ofrendas con incensarios y vasijas que conservan aún restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, concha y huesos, entre otros elementos que los antiguos mayas ofrendaron a sus dioses.

Las cuevas son la entrada al inframundo, según la cosmogonía de los mayas, entonces, estas ofrendas posiblemente hayan sido para pedir desesperadamente agua, principalmente de lluvia, indicó el arqueólogo.

Chichén Itzá es una de las zonas arqueológicas más visitadas del mundo. (Foto: Pixabay)
Chichén Itzá es una de las zonas arqueológicas más visitadas del mundo. (Foto: Pixabay)

A lo largo de la Península de Yucatán, donde se asentó la cultura maya, son numerosas las cuevas, cavidades, ríos subterráneos y cenotes (nombre que los mayas dieron a los depósitos de agua).

El "Gran Acuífero Maya" inició en 2016 para descubrir lo que existe en el subsuelo de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

La cultura maya se asentó en lo que hoy es el sureste de México. (Foto: Pixabay)
La cultura maya se asentó en lo que hoy es el sureste de México. (Foto: Pixabay)
 
 
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