Un abogado de la amante de Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien fue secuestrada, insistió a los jueces que fueran indulgentes con la mujer de 29 años quien enfrenta cadena perpetua.
Aunque la esposa del capo, Emma Coronel Aispuro, de 29 años, no ha sido acusada de ningún delito e incluso está considerando regresar a México luego del juicio de su esposo en Nueva York, Lucero Guadalupe Sánchez, de la misma edad, pasará el resto de su vida tras las rejas.
La ex diputada fue secuestrada por orden de Joaquín "El Chapo" Guzmán después de haberla visto en una revista mientras él estaba huyendo y la obligó a convertirse en su amante, según expusieron los abogados.
Ahora Lucero Guadalupe Sánchez se enfrenta a cadena perpetua por haber sido declarada culpable de estar involucrada en su operación masiva de drogas.
La abogada de Sánchez, Heather Shaner, le dijo a The Times: "Mientras [Guzmán] estaba escondido, miraba fotografías de reinas de belleza en revistas y luego enviaba a sus secuaces para que las secuestraran y lo apoyaran para que pudiera seguir adelante con su trabajo sucio".
Shaner refirió que a Sánchez le habían lavado el cerebro después de haber sido secuestrada por la pandilla, y a su vez, su colega, Carmen Hernández, dijo que esperaba que el juez considerara la educación de su cliente y su secuestro cuando se trate de la sentencia.
Guzmán fue condenado en Nueva York por dirigir una operación internacional de narcotráfico tras un juicio de tres meses, en el que fue citada Sánchez.
Uno de los relatos que dio Lucero Guadalupe Sánchez López afirmó que se encontraba en la cama en una casa segura con Guzmán en el 2014, cuando los infantes de la marina de México comenzaron a derribar su puerta.
Ella dijo que Guzmán la llevó a una trampilla debajo de un baño en el que había un túnel que les permitió escapar; y cuando se le preguntó qué llevaba puesto, ella respondió: "Estaba desnudo. Se fue corriendo. Nos dejó atrás".
En su momento, El Chapo había escapado de la cárcel al esconderse en un recipiente de lavandería el 19 de enero del 2001, cuando salió del Penal de Puente Grande. El capo de la droga fue escoltado por policías a la Ciudad de México antes de retirarse a uno de sus muchos refugios junto a la montaña.
En 2014, consiguió otra fuga de cárcel, escapando a través de un túnel iluminado de una milla de largo en una motocicleta sobre rieles.