Los familiares de los afectados de la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo, que se suscitó el pasado 18 de enero, no quieren enterrar a los fallecidos en la extensión del panteón municipal porque creen que al primero que entierren en ese "campo maldito" se llevará a toda su familia.
La extensión del panteón, que gestionó el gobierno, no fue suficiente para enterrar a quienes hacen falta, estableció un reporte de Televisa. Los primeros cuerpos que alcanzaron a ser enterrados en el panteón fueron cuatro, uno de ellos fue David Silla Sierra, sobrino del alcalde que murió quemado en la explosión.
Como consecuencia los gobiernos federal y municipal obtuvieron un terreno para sepultar a las víctimas, que por la emergencia se pidió esta ampliación. El alcalde tuvo la autorización "verbal" de los dueños del terreno para sepultar.
El panteón municipal se encuentra a un kilómetro del lugar donde explotó el ducto, pero los terrenos que se utilizaron para la extensión de las nuevas tumbas están a un costado, el cual, en menos de una semana los limpiaron y marcaron con cal las nuevas áreas.
"La parte que está en rayas, va a ser un andador. De esa manera lo hemos distribuido".
Las autoridades locales pudieron darse cuenta de que los familiares de las víctimas no quieren enterrar los restos de sus seres queridos en el nuevo terreno.
"Las creencias de la gente pues no ha permitido sepultar a ninguna persona porque tienen la creencia de que el primero que caiga ahí se lleva a toda la familia. Algunas peticiones dicen que no era un campo santo", mencionó el alcalde de Tlahuelilpan, Juan Cruz.
En este caso, el alcalde de Tlahuelilpan no tuvo más remedio que ir con el sacerdote del municipio para intentar revertir en esta situación.
"Primero le indicamos a la gente que se iba a hacer la bendición, que no es un nuevo panteón, puesto que está junto al otro. Vistamos al señor obispo, se recorrió todo el predio con la bendición y el agua bendita", comentó José Valdez, sacerdote de Tlahuelilpan.
De las víctimas que murieron por la explosión sólo 30 cuerpos han sido enterrados en el panteón de Tlahuelilpan, los otros muertos han sido enterrados en el nuevo terreno ya bendecido.
"Hasta ahorita más de 30 personas que se han sepultado han sido tumbas que se han vaciado y se han metido los restos. De hecho, a la gente se le dice que para tumbas nuevas ya no hay", señaló el alcalde.
La autoridad municipal está preocupada porque ya se va hacer la entrega de los cuerpos que se identificaran vía ADN y muchas familias, con personas desaparecidas, descartan el nuevo terreno como opción.
Alfredo Islas, familiar de uno de los desaparecidos por la explosión, dijo al noticiero de Denise Maerker, que no quieren enterrar los cuerpos en el nuevo terreno porque se cree que se puede llevar a toda la familia: "puede ser que si haya el riesgo. Mi mamá también cree en eso".
"Existe la creencia de que el primero tiene que ser en el centro, tiene que ser de pie, sino se va toda la familia o pasa otra desgracia. Dejemos a un lado todas esas creencias que llegan a ser una superstición" mencionó el sacerdote de Tlahuelilpan.