Los conflictos por la irrupción de las bicicletas y patinetes sin anclaje, que pueden utilizarse con tan solo abrir una aplicación móvil, llegaron a México en los últimos días luego de que algunas empresas reportaran vehículos dañados por parte de vecinos de algunos barrios de la capital.
Estos ataques contra estos vehículos eléctricos que buscan constituir alternativas más limpias de movilidad en las ciudades surgen a raíz de la molestia que supone verlos aparcados sobre cualquier acera y se suman a los ya ocurridos en otras ciudades de Europa o Estado Unidos.
En la céntrica colonia Roma de Ciudad de México, en algunos parques o plazas pueden verse algunas bicicletas de la empresa china Mobike o patinetes de la estadounidense Lime tirados sobre la hierba o en plena calle, con la parte en la que tienen el código QR, el cual permite acceso al servicio, dañada.
En entrevista con Efe, la directora de Relaciones Gubernamentales de Lime en México, Julia Ortiz, cuenta que hasta ahora solo han contabilizado "entre 20 y 25 vehículos dañados, inservibles", aunque el número ha podido aumentar en los últimos días.
"Hemos visto patinetes tirados en la calle cubiertos con cinta adhesiva para que a nuestros recolectores les cueste más recogerlos", expuso.
Los patinetes de Lime funcionan con energía eléctrica y todas las noches son recolectados por trabajadores de la empresa, que los llevan a centros de carga para que estén operativos al día siguiente.
Ortiz considera que el rechazo hacia su plataforma se debe a que "la tecnología siempre es disruptiva y muchas veces lo desconocido causa a veces duda, a veces miedo o a veces enfado".
En este punto, la empresa optará por establecer un diálogo con la ciudadanía para que dejen de sentir que este tipo de transporte está perturbando la cotidianeidad de la capital.
"No queremos que la gente nos vea como alguien que los está invadiendo, más bien todo lo contrario: queremos encontrar canales de comunicación para que todos podamos ganar. La ciudad es para todos y todos podemos construir de manera conjunta", explica.
En los últimos días, medios locales reportaron actos vandálicos contra estos vehículos y aseguraban que las empresas tomarían represalias legales contra los vecinos, quienes -según recogen los medios- se han erigido como una resistencia ante esta última incursión del neoliberalismo a pie de calle.
Las dos grandes diferencias entre estos patines o bicicletas manejados por empresas privadas y las bicicletas que pone el sector público para el uso de los ciudadanos es que estas últimas tienen un precio mucho más bajo y accesible, y sí cuentan con estaciones de servicio, dejando la acera despejada.
Ante la idea de tomar acciones legales, Ortiz se muestra prudente y apela al diálogo como primera opción.
No obstante, indica que, si luego de hablar no logran llegar a acuerdos comunes, contemplarán "otras vías".
La guerra contra este tipo de vehículos inició después de que una persona que viajaba en un patín murió arrollada por un taxi el pasado 4 de febrero en la capital mexicana.
La empresa califica el accidente como un hecho aislado y ya ha manifestado sus condolencias a los familiares por un hecho que "lamentan profundamente".
Más allá de este suceso, la pelea entre ciudadanía y empresas que apuestan por nuevas opciones de movilidad parece que continúa tanto en la calle como en redes sociales.
Los detractores parecen haber encontrado un medio para divulgar las fechorías que cometen: la cuenta de Instagram "birdgraveyard".
La cuenta basa su nombre en la empresa estadounidense de patines Bird -cuyos vehículos salen a menudo en las fotos y vídeos que suben- a la cual le suman la palabra cementerio.
En esta cuenta puede verse cómo se destruyen de múltiples formas -incendios, tirándolos desde un puente o incluso golpeándolos contra un escaparate- patinetes no solo de Bird, también de Lime.
"Si un patín de Bird o Lime ha muerto, por favor mándanos fotos o vídeos para que podamos honrar su muerte", se autodefine irónicamente la cuenta en Instagram. La guerra contra las nuevas formas de movilidad continúa.
Con información de EFEUSA