La insistencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador por reconocer al dictador Nicolás Maduro como mandatario de Venezuela podría traerle a México graves consecuencias políticas, e incluso aislarlo de los demás países del mundo. Así lo explicaron distintos analistas políticos a Infobae México.
Nicolás Loza Otero, investigador en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, señaló que el apoyo a Maduro pone al gobierno mexicano en una situación de aislacionismo respecto al resto de países democráticos, no sólo en el mundo, sino particularmente respecto a los gobiernos de América Latina.
"La postura de México es, en este momento, la misma que la de Nicaragua, Rusia y Bolivia. Es decir, regímenes políticos que tienen altos déficits de calidad democrática. En contraposición, queda separado de países como Canadá, Chile y Costa Rica, cuyos sistemas políticos no tienen grandes objeciones", dijo.
Ante el incremento del número de países que han desconocido públicamente el régimen de Maduro, México queda políticamente en una posición muy cuestionable. Su lugar en el escenario internacional se encuentra comprometido y le puede costar el apoyo de los miembros de la región ante cualquier iniciativa que se tenga en el futuro.
Loza Otero aseguró que, "en este momento, la nación tiene el mismo alineamiento que países con regímenes muy cuestionables, por eso es que su reputación se encuentra en una posición de desventaja y su decisión es difícil de defender".
Roberto Zepeda Martínez, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coincidió con que México se encuentra en un predicamento, no sólo por el retroceso que podría dar su relación con países como Brasil, Argentina o Chile, sino también por el costo económico que podría suponer el no apoyar a Estados Unidos en su política exterior.
El resultado final para México, en el peor de los escenarios, sería el aislacionismo, pues los países del sur podrían dejarlo fuera de las cumbres y de algún futuro acuerdo comercial.
La posición de México tras su salida del Grupo de Lima es, como mínimo, incómoda, así lo aseguró Eduardo Rosales Herrera, Doctor en Relaciones Internacionales por la UNAM.
Según él, no se puede olvidar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le está brindando su apoyo a una persona que no llega ni al 10% en sus niveles de aprobación y que ha sido desconocido por casi 50 países del mundo.
Los especialistas coinciden en que el actual gobierno busca seguir los principios políticos de no intervención que regían al país antes de la llegada del Partido Acción Nacional al poder. Sin embargo, no queda claro si la aplicación de la doctrina Estrada implicaría que México no reconociera ninguno de los dos gobiernos instaurados actualmente en Venezuela, o como el actual gobierno ha interpretado, la abstención de su participación en el desconocimiento del gobierno de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas.
Loza Otero explicó que, en ese sentido, la posición de México "eventualmente podría serle de utilidad al convertirlo en un mediador y generar una negociación viable para todas las partes".
Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, maestro en políticas públicas comparadas, coincidió con Otero en que México puede ejercer un gran liderazgo en América si logra ser un intermediario entre Maduro y el resto del mundo.
La posición del gobierno mexicano debe ser que no haya guerra civil en Venezuela. López Obrador puede pasar a la historia como el mediador del conflicto con Venezuela; él tiene un bono democrático y una interlocución política internacional que no tienen ningún otro país, ni siquiera Cuba", sentenció Lara.
La participación del mandatario mexicano en la crisis venezolana cobra relevancia en la medida en Nicolás Maduro aún sigue teniendo control absoluto del aparato militar en el país.
"Incluso si el mundo entero desconoce para mañana a Maduro, pero las fuerzas armadas de Venezuela siguen bajo su control, difícilmente va a poder el poder. En cambio, si a los países que desconocen su régimen se suman una división de las fuerzas armadas de aquel país, es muy probable que la protesta tenga éxito. Y México entra en esa suerte de empate que existe entre ambas situaciones, que de hecho es donde actualmente se encuentre el régimen de Venezuela".
Ante la falta de un predominio claro por parte de alguna de las partes en conflicto, México podría crear una comisión para ayudar al pueblo de Venezuela en su transición, lo que podría eventualmente justificar su actual postura e incluso podría ser de utilidad, no solo para México sino también para el país en conflicto.
El momento actual es incierto, por eso no se puede decir con certeza si la decisión de López Obrador va a terminar acostándole mucho, o si saldrá fortalecido. Ante el desconocimiento sólo queda esperar, aseguró Zepeda, quién recordó que hace años, "México tuvo un lugar muy importante en América Latina al ser el único país que no se sumó a los bloqueos a Cuba; en ese entonces su neutralidad frente al exterior lo hizo un referente".