Estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Centro Histórico, realizaron un mural para exigir justicia por sus compañeras víctimas de feminicidio: Martha Karina Torres, Campira Carmolinga, Leslye Leticia Hernández Moreno y Nancy (su hermana prefiere guardar el anonimato por seguridad de la familia).
En una de las bardas perimetrales, a lado de la entrada a la universidad, alumnos del plantel pintaron los rostros de las jóvenes que fueron asesinadas. Las cuatro, eran o fueron estudiantes de la UACM.
Frente al mural se realizó un acto de protesta en donde asistieron estudiantes, profesores y familiares de las víctimas.
Las madres y hermanas de víctimas, denunciaron la "indiferencia y simulación" de las autoridades del plantel, ante las violencias que sufren las mujeres al interior del centro de estudios.
Itzel Areli Herrera Zúñiga, está desaparecida desde el 20 de octubre. No es alumna de la UACM, está inscrita en la Vocacional del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero su padre Gerardo Herrera, llegó al acto con fotografías de su hija para pedir a las autoridades correspondientes "ser empáticas, sentir su dolor" y hagan esfuerzos para encontrar a su hija.
Sus testimonios coinciden en que el proceso para acceder a la justicia ha sido muy difícil y complicado, por la "dilatación y simulación" que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México hace en este tipo de delitos.
Sus casos son botones de muestra de lo que sucede diariamente en México. La indiferencia e insensibilidad de las autoridades de todos los niveles, los obstáculos e ineficiencia en la procuración de justicia y la impunidad en la que quedan los feminicidios, se reflejan en las cifras.
Todos los días asesinan a 9,48 mujeres en México, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los 10 primeros meses del año pasado se contabilizaron 728 feminicidios en el país.
Los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas no se aplican con eficiencia, o sí los realizan, no sirven de mucho
Leslye Leticia Hernández Moreno es la víctima más reciente de feminicidio que ha enlutado a la universidad.
Leslye era una joven de 18 años estudiante de la carrera de Comunicación y Cultura de la UACM, plantel Centro Histórico. Su cuerpo fue encontrado en una zona pantanosa de la alcaldía de Xochimilco, al sur de la capital.
La estudiante salió de su casa el 10 de noviembre del año pasado para encontrarse con una amiga, luego de eso su familia no tuvo más comunicación con ella.
Sus padres interpusieron la denuncia de desaparición ante la PGJ de la capital, incluso en distintas ocasiones su familia y amigos se manifestaron a las afueras de la Procuraduría, exigiendo reforzaran la búsqueda para dar con su paradero.
Dos meses y un día después de su desaparición, autoridades avisaron a su familia del hallazgo del cuerpo de Leslye.
La ineficiencia del Ministerio Público en los peritajes
El Ministerio Público no realiza de manera oportuna las investigaciones en casos de feminicidio. Los familiares, en muchas ocasiones, son los que inician las indagatorias por su cuenta, incluso entregan evidencia recabada por ellos a las autoridades.
Martha Karina fue asesinada en el 2013 por su novio Christian Ortiz. Tenía 19 años. El feminicida confesó el crimen luego de que Mayra Jorge, madre de Kari, como la llama, entregará pruebas contundentes de la culpabilidad de Ortiz.
Mayra, agradece la ayuda de la prensa, en particular de una reportera, que fue quien le ayudó a dar a conocer su caso y a realizar las investigaciones que lograron concluir en una sentencia de 35 años para el criminal. Asegura que gracias a los medios, fue que las autoridades pusieron atención.
Otro de los casos de feminicidio de estudiantes "unacemitas", es el de Campira Carmolinga, asesinada en su casa, en diciembre de 2016 por su novio Jorge Humberto, nombrado por los medios de comunicación "El mata novias".
Las autoridades en un principio dijeron a sus familiares que la joven se había suicidado, porque encontraron las llaves del gas abiertas y heridas en las muñecas de Campira.
Sin embargo, su madre Margarita Alanís, no aceptó esa conclusión y presionó a las autoridades para que investigaran más. Dos meses después de los hechos, denunciaron que aún no se realizaban los peritajes pertinentes. El hermano de Campira fue quien realizó las investigaciones y entregó al Ministerio Público las fotografías y el video de una cámara de vigilancia cercana, con ellos se demostró que Jorge Humberto mintió en sus primeras declaraciones. Dijo que el día de la muerte de Campira no había sabido nada de ella porque habían peleado.
Según el video, cruzado con los datos que arrojó la necropsia sobre la hora de la muerte de la joven, Jorge Humberto ingresó al domicilio de la estudiante cuando ella estaba viva, pero salió de la casa cuando, según la necropsia, ya estaba muerta Campira.
Con las fotos y videos como pruebas, y por la presión mediática que desató el caso de "El mata novias", pues la familia descubrió que años atrás una exnovia de Jorge también había muerto en condiciones parecidas a las de Campira (caso en que las autoridades concluyeron había sido suicidio y no se investigó más); Jorge Humberto fue apresado y encarcelado en un reclusorio preventivo.
Argucias legales obstaculizan los procesos penales e impiden a los familiares de las víctimas el acceso a la justicia.
El juicio aún sigue abierto. Gracias a una serie de amparos otorgados por las autoridades al acusado, no se ha podido realizar la prueba de ADN que podría incriminarlo plenamente.
La madre de Campira, Margarita Alanís, exigió a las autoridades avanzar en el proceso contra el responsable.
Ni la esperanza de justicia les dejaron
Nancy estudiaba Ciencias Políticas en el plantel Cuatepec. Su hermana Jaqueline cuenta que la última vez que vieron con vida a Nancy fue en una fiesta en un bar de la zona norte de la capital mexicana, en el mes de julio del año pasado. Al salir tomó un taxi y ya no supieron más. Desapareció.
En cuanto no tuvieron comunicación con ella comenzaron a buscarla en los lugares en los que podría estar. Pusieron la denuncia en el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, pero el organismo se negó a emitir la ficha de búsqueda.
Tres días después encontraron su cadáver en el municipio de Tlalneplanta en el Estado de México.
Jaqueline se muestra desconfiada, prefiere no mostrar su rostro y guardar el anonimato, pues, dice, "es lo mejor para la familia". Ella no exige ni pide nada a las autoridades, ha perdido cualquier esperanza o idea de que resuelvan el feminicidio de su hermana y el o los responsables sean presentados ante la justicia.
"Yo no vine a pedir nada, vine porque los compañeros de mi hermana me invitaron, es algo bonito que la quieran recordar así", manifestó al preguntarle si pedía algo a las autoridades.
Funcionarios de la fiscalía le recomendaron "que no le moviera, que dejara mejor así las cosas, porque si seguía preguntando su familia se ponía en peligro". Por eso dice que no le pide nada a las autoridades, que siga el curso de "la investigación como ellos decidan".
Sólo pide "que nos cuidemos las mujeres, que estemos atentas de que nos pueda pasar algo. No debo decirlo… porque el mundo no debería de ser así".
Las investigaciones no tienen avances ni hay presuntos responsables detenidos.