Meses antes de que terminara el año 2018, el Papa Francisco convocó a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo a una cumbre privada para abordar el tema del abuso sexual de menores en la iglesia católica.
El evento, el primero de ese tipo, se llevará a cabo del 21 al 24 de febrero y quiere ser una respuesta concreta al escándalo de la pedofilia dentro de la iglesia y su encubrimiento.
"El papa Francisco quiere que los líderes de la iglesia comprendan a fondo el impacto devastador sobre las víctimas que significa el abuso sexual por parte del clero", explicó Greg Burke, vocero de la Santa Sede.
Crisis en el continente americano
Por su parte, el cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores del Vaticano, dijo que es urgente llevar la voz de las víctimas de abusos hasta la cúspide de la iglesia católica.
"Los recientes hechos en la Iglesia han centrado la atención de todos en la urgente necesidad de una respuesta clara de la Iglesia sobre el abuso sexual de menores", advirtió el clérigo en entrevista con Vatican News.
Declaraciones hechas en medio de una crisis y escándalos de pederastia en muchas partes del mundo, como la publicación del informe realizado por un Gran Jurado en Estados Unidos que dio a conocer alrededor de mil testimonios de abusos cometidos por unos 300 sacerdotes a lo largo de 70 años.
La iglesia chilena también atraviesa por momentos difíciles con las revelaciones de los abusos sexuales y gastos irregulares de miembros de su clero. Por ejemplo, el caso del sacerdote John O'Reilly, de la congregación de los Legionarios de Cristo, que fue condenado en 2014 a cuatro años y un día de libertad vigilada, tras ser declarado culpable de abusos contra una menor de edad.
Además, hace unos días Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Religiosa y las Sociedades de Vida Apostólica, aseguró que una mafia dentro del Vaticano encubrió los casos de pederastia cometidos por Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo en México.
La iglesia católica mexicana
En medio de ese panorama, a la iglesia católica mexicana aún le cuesta reconocer y hablar sobre la pederastia. Particularmente sobre el caso de Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo.
A once años de la muerte de su fundador, aún quedan víctimas que reclaman ante la justicia mientras otras han negociado directamente con los Legionarios para reparar el daño. Sin embargo, la iglesia mexicana ha mantenido distancia frente al tema.
A pesar de que el Papa Francisco solicitó que hubiera un acercamiento con los damnificados previo a la cumbre de febrero, las víctimas de Maciel no han sido contactadas por jerarcas mexicanos, según reporta el diario El País.
José Barba, uno de los ex legionarios que denunció públicamente a Maciel en 1997, dijo que aún sigue esperando que se concrete una reunión con el nuevo cardenal de México. "No ha habido voluntad", asevera.
Ante esta situación de inacción, seis víctimas denunciaron en octubre a los Legionarios de Cristo por daños morales, la primera demanda de estas características.
Aunque el papa Francisco perdonó a la Legión en 2015, la herida sigue sin cerrar. "Se sienten perdonados como institución, pero dentro todavía quedan legionarios que defendieron a Maciel", asegura Barba.
De acuerdo con la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP), a pesar de la cantidad de casos de abuso, en México solo ha habido tres condenas a sacerdotes por delitos sexuales. Joaquín Aguilar, director de la red, dice que esto se debe a varios factores como la prescripción de los delitos, al silencio de las víctimas y al vacío legal existente en el país.
Gracias a la atención mediática que han recibido los casos de pederastia, la iglesia mexicana se ha visto obligada a ser más proactiva y ofrecer acciones concretas.
En junio de 2018, en un hecho histórico e inédito, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó un Protocolo de Protección a Menores en el que instruye que todo obispo, sacerdote o agente de pastoral católico tiene la obligación jurídica y moral de tomar todas las medidas necesarias para prevenir conductas de abuso sexual infantil.
"La Iglesia tiene la obligación institucional de respetar la dignidad y los derechos humanos de los menores de edad y de sus familias", se lee en el documento.
Disponible en la página de la CEM, el protocolo advierte también que, en caso de saber sobre algún caso de abuso, las autoridades eclesiásticas deben actuar de manera inmediata para evitar que continúe y hacerlo del conocimiento de las autoridades correspondientes para que los responsables sean sancionados conforme a la ley.
Lo que piden algunas de las víctimas de Maciel previo a la cumbre con el Papa Francisco, es la apertura de los archivos de los miembros de la curia ante las autoridades civiles de cada país. "No hay reconciliación sin reparación", concluye José Barba.
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