Antes de que Netflix estrenara "Roma" en su plataforma, en México los vendedores de comercio ilegal esperaban para poder vender copias ilegales de la cinta del aclamado director Alfonso Cuarón, la cual valuaron en algunos lugares a 25 pesos (1.29 USD) y en mercados populares llegó a costar hasta 10 pesos (0.51USD).
Y es que además de que era difícil conseguir una entrada para ver la famosa cinta, el conflicto que tuvieron Netflix y las cadenas de cine serraron la posibilidad para que los espectadores mexicanos pudieran verla en una gran pantalla antes de su estreno a través del portal de streaming.
Pero al estrenarse en versión digital el pasado 14 de diciembre vino con ella la oleada de piratería, pues estos comerciantes ilegales también deseaban una tajada de esta famosa película. A partir de ese día, la copia ya se encontraba envuelta en papel celofán en varios puestos de mercados.
Y en los mercados populares de la capital mexicana, "Roma" se puede conseguir hasta por 10 pesos (50 centavos de dólar), 10 veces más barato de lo que cuesta la suscripción más básica de Netflix.
Según un informe del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), casi 35 millones de mexicanos consumen películas piratas al año. El 97% de los DVD's y discos Blu Ray que se venden en México son copias ilegales, seis de cada 10 películas que se ven en formato digital son de sitios ilegales.
Eso no es todo, en vacaciones tanto de verano como de invierno pueden verse en mercados populares como la Lagunilla, Tepito y hasta a espaldas de Palacio Nacional, en estos sitios puedes encontrar incluso bolsas de piel hasta de 50 pesos (2.57 USD) hasta lentes de sol con el estampado de Gucci o Ray Ban por el mismo precio, según informa El País.
Sudaderas Adidas, maquillaje,ropa, zapatos, tenis, accesorios para teléfonos, perfumes, en fin cualquier artículo que se busque se puede encontrar hasta 20 veces más barato del precio original.
La gente sabe que son copias o clones, y los policías pasean tranquilamente entre estos puestos y pasan de manera desapercibida o "haciéndose de la vista gorda" como dicen en México.
La venta de productos falsificados florece en un país con un saldo oficial de 53 millones de pobres, 30 millones en el sector informal y con los salarios más bajos de la OCDE, a pesar de que desde el primero de enero subió este hasta 16.21%.
Es decir que una persona que gana el salario mínimo tendría que trabajas cinco días para poder comprar unos Ray Ban originales en una tienda, pero no se podría dar el lujo de gastar su salario en comida o transporte, o sumarlo para su renta.
La piratería en México se ha convertido en una cultura, pues ocho de cada diez mexicanos la consumen, según datos oficiales y además se sienten con el derecho de hacerlo.
El 85% de las personas ponen como argumento que esto les permite comprar productos a los que de otra manera no tendrían acceso, tres de cada cuatro garantiza que todo el mundo lo hace y dos tercios de la población opinan que impide que las grandes corporaciones se enriquezcan, además de que seis de cada diez reconocen que es ilegal, pero no lo ven como un delito grave, según el estudio anual de la Cámara Americana de Comercio y el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).
Se calcula que la derrama económica es de 20.000 millones de pesos (1.000 millones de dólares), según el ITAM. Si se considera la sangría en la recaudación de impuestos, los frenos al crecimiento económico y las afectaciones a la propiedad intelectual e industrial, esa cifra asciende a 43.000 millones de pesos (2.100 millones de dólares), según CIDAC.
Las empresas publican sus pérdidas y hablan de un billón de pesos (50.000 millones de dólares) para el sector privado.
Lo barato sale caro
Existen también elementos inesperados como fallas mecánicas en las autopartes hechizas, cortos circuitos en las luces navideñas y hasta daños a la salud por medicinas apófricas, pero también hay huellas del crimen organizado dentro de estos productos. "Aún no se conoce el alcance real del narcotráfico en esta industria, pero se sabe que el problema es sistémico, que crece de forma descontrolada y que las autoridades no han logrado combatirlo", afirmó Mauricio Jalife, abogado especialista en propiedad intelectual.
En la ley hay lagunas ya que las conductas criminales no están bien definidas, las investigaciones son bastante deficientes y el Gobierno no tiene un interés real por afrontar la crisis en la que ha caído el sistema desde que entró Vicente Fox su sexenio en el 2000.
La Procuraduría General de la República (PGR) destinó en 2018 poco más de 32 millones de pesos (1,7 millones de dólares) a su unidad especializada que combate en contra de la piratería.
Lo cual representa sólo el 0,2% de su presupuesto. Por lo que casi todo este presupuesto se fue en el pago de salarios y prestaciones de sus funcionarios.
Entre septiembre del 2019 a junio del 2018 se abrieron 319 carpetas de investigación y fueron incautados más de 429.000 objetos, pero sólo se llevó a juicio a cinco personas."En México se consume piratería porque no hay consecuencias para quien rompa la ley", expresó a El País, Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa.
Hasta octubre del año pasado se suscribieron por lo menos 1606 denuncias por delitos contra la propiedad intelectual e industrial, pero menos del 1% terminará con una sentencia.
Cuando el mundo del ocio y el entretenimiento son un lujo, la batalla de la piratería migra cada vez más en un terreno tecnológico, aunque la existencia de varias de estas alternativas podría poner de nueva cuenta en predicamento a los clientes y tengan que recurrir de nueva cuenta al mercado ilegal.
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