El martes inició en la corte de Brooklyn, Nueva York, la presentación de Pedro Flores, uno de los testigos más esperados en el juicio en contra del capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera.
Flores, junto con su hermano gemelo, Margarito, era el principal distribuidor de droga del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos. Antes de cumplir 20 años, los dos generaban ganancias por millones de dólares por la venta mensual de dos toneladas de cocaína hasta que decidieron traicionar a Guzmán Loera y ahí inició la pesadilla que los llevó a convertirse en informantes del gobierno estadounidense.
Su llegada hasta el capo fue a inicios de la década pasada. Inmediatamente se convirtieron en los jefes de plaza de Chicago, pero la alianza se rompió en 2008 cuando después de la separación de los cárteles de los Beltrán Leyva y Sinaloa, empezaron a trabajar para la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés).
Como infiltrados en el cártel, tendrían más de 70 grabaciones de conversaciones de "El Chapo" e Ismael "El Mayo" Zambada.
Cuando vieron que sus vidas corrían peligro y que sus esposas estaban embarazadas, decidieron entregarse a la justicia.
Los hermanos se iniciaron en el negocio cuando eran muy niños, ayudando a su padre, Margarito Flores, a cargar y descargar droga. Más grandes aprovecharon la nacionalidad estadounidense y el hablar inglés y español para establecer su negocio de venta de cocaína en Illinois trabajando para un distribuidor mexicano llamado Guadalupe Ledezma que a su vez trabajaba para "El Chapo", de quien recibieron una oferta para ampliar el negocio.
De acuerdo con las crónicas del juicio, en todo momento el capo mexicano mantuvo la mirada clavada en el testigo, quien durante su primer día en sala se sintió intimidado.
Flores narró algunos de sus encuentros con Guzmán Loera, como una vez en la que mandó a ejecutar una persona por un error de Pedro Flores. Narró que una vez, cuando llegó a uno de los ranchos del capo había un hombre que estaba encadenado a un árbol.
De acuerdo con la fiscalía, los hermanos Flores tendrían en su poder una grabación en la que "El Chapo" da instrucciones para ejecutar a una persona, sin embargo, en la audiencia del martes, sólo se usó como prueba de cargo una conversación telefónica realizada el 9 de noviembre de 2008 en Guadalajara, en la que Margarito Flores y Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos del capo, discutían la venta de 18 kilos de heroína.
El 30 de noviembre de 2008, Pedro Flores se entregó a las autoridades estadounidenses y desde entonces ha colaborado en el proceso judicial de unos 50 criminales relacionados al tráfico de drogas, incluido "El Chapo" Guzmán.
Gracias a su cooperación, Pedro y Margarito Flores fueron sentenciados a 14 años de cárcel y no a cadena perpetua, y dentro de dos años, podrían quedar en libertad.
"Empezaron a trabajar con agentes en México que querían su ayuda para armar un caso en contra del Chapo y sus aliados. Fueron a Radio Shack a comprar grabadoras baratas con micrófonos y cada que grababan una conversación la enviaban a la DEA", reseñó el periodista estadounidense Alan Feuer en su cuenta de Twitter.
El interrogatorio a Pedro continuará el miércoles.
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