Más de 100 miembros de la comunidad académica y científica de la península de Yucatán expresaron su preocupación por "los posibles efectos negativos" de la construcción del Tren Maya que transitará por 5 estados del sureste.
En una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador con fecha del 19 de diciembre, los especialistas advirtieron que "no se puede emprender un proyecto de esta naturaleza sin un estudio previo, amplio y exhaustivo de sus impactos ecológicos, económicos, sociales y culturales en el corto, mediano y largo plazo".
Por eso solicitaron un análisis de "los posibles efectos negativos" de la obra en las poblaciones, la conservación y los sitios arqueológicos.
También ofrecieron al presidente su tiempo y conocimiento para realizar las investigaciones necesarias respecto de temas vulnerables con el objetivo de que el proyecto favorezca un desarrollo que enfatice el respeto y el cuidado por la naturaleza y las poblaciones humanas que habitan la zona.
Para los investigadores, este análisis que piden al presidente debe considerar no solo la construcción del tren, sino el tipo de crecimiento que estimulará en cada localidad, particularmente en temas como el agua, la flora y fauna de la región, los servicios ambientales, la arqueología y la historia maya y, por último, la gente y su cultura.
En cada uno de estos temas los investigadores advirtieron de los riesgos que implica la obra y exponen argumentos a considerar, si bien destacaron que un tren de alta velocidad es una opción más amigable ambientalmente que una carretera.
En el caso del agua advirtieron que la construcción y operación del tren pueden tener impacto en dos zonas de alta captación de agua: la zona noreste de la Península de Yucatán, cercana a Valladolid, y la sureste, dentro de la reserva de Calakmul.
"Estas zonas deben salvaguardarse de tener mayor deforestación y un exceso de extracción de agua del manto freático", aseguraron.
En el apartado flora y fauna hicieron especial énfasis en la importancia de conservar la reserva de la biosfera de Calakmul, que constituye la segunda reserva de selva tropical de América, solo superada por la Selva de la Amazonia.
"Este sitio es altamente diverso. Engloba hasta ocho tipos de vegetación, 94 especies de mamíferos silvestres y más de 400 especies de aves en sus 4,171 km cuadrados", apuntaron.
Aseguraron que allí las especies amenazadas de fauna y flora del sureste mexicano "se encuentran en mejor estado de salud". Un ejemplo es el jaguar, "especie profundamente emblemática y simbólica de nuestra herencia maya, así como de la cultura contemporánea del pueblo maya".
En relación a la fauna, apuntaron: "Nos preocupan tanto los atropellamientos, como la disminución y modificación del hábitat natural, así como la interrupción de corredores biológicos que lleve a la disminución o extinción local de las poblaciones de especies, especialmente especies de alta vulnerabilidad".
Por esto, los científicos plantean la pregunta: "¿Cuáles serán las medidas para mantener en el nivel más bajo posible el impacto sobre las poblaciones de flora y fauna?".
Además señalaron que la construcción del Tren Maya puede ser una amenaza para el patrimonio del pueblo maya, debido a la riqueza arqueológica de la zona donde está proyectada la obra.
Por último, detallaron que es indispensable aclarar y controlar el tipo de crecimiento que tendrán las poblaciones aledañas a la ruta del tren, debido a que temen que suceda lo que en Cancún y la Riviera Maya, donde los indígenas mayas fueron los más perjudicados por el crecimiento económico.
En el mejor de los casos –explican– fueron acreedores a empleos de mala calidad. "Los grandes desarrollos turísticos amenazan ahora los recursos que son vitales a su modo de vida y cultura".
Destacaron que para esos pueblos "la destrucción de las selvas es la destrucción de las condiciones necesarias para su propio desarrollo".
Los especialistas que firmaron la carta expresaron la disposición de las instituciones a las que pertenecen para promover mesas de trabajo.
Estas son: el Centro de Investigación Científica de Yucatán, la Universidad Autónoma de Yucatán, Escuela Nacional de Estudios Superiores de la UNAM, unidad Mérida, la Universidad Autónoma de Campeche, la Facultad de Ciencias, UACyT, UNAM Yucatán y la Sección de Arqueología del Centro INAH Yucatán, principalmente.
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