La desesperación de los migrantes centroamericanos, que desde noviembre pasado han llegado a Tijuana en caravanas y de manera progresiva, ha llegado a un límite en el que están arriesgándose a la detención con tal intentar el asilo en Estados Unidos.
Videos difundidos por agencias de noticias y medios muestran a familias de migrantes que intentan cruzar la frontera de cualquier manera: ya sea saltando la valla o atravesándola por debajo.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos informó el martes que el sector de San Diego ha experimentado un "ligero aumento" en el número de familias que ingresan ilegalmente a ese país y se entregan a los agentes.
Esto, desde que la caravana de inmigrantes centroamericanos llegó a Tijuana hace dos semanas.
Las imágenes que circulan en videos y fotografías muestran a mujeres con sus hijos –niños y niñas– cruzando a través de canales de tierra abiertos bajo la verja de metal que divide México de Estados Unidos.
Cruzan a plena luz del día y, al parecer, ya dispuestas a entregarse a la Patrulla Fronteriza como una medida desesperada para buscar el asilo en Estados Unidos, ante las precarias condiciones que enfrentan en los albergues en México.
Durante esta semana, las autoridades de municipio de Tijuana admitieron que no saben nada del paradero de al menos 3.000 migrantes centroamericanos de la caravana, quienes se "desvanecieron" luego de su traslado del albergue instalado en el deportivo Benito Juárez a un predio conocido como "El Barretal".
El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Marco Antonio Sotomayor, consideró la posibilidad de que algunos podrían estar en domicilios particulares, habrían cruzado ilegalmente a Estados Unidos y fueron detenidos o quizá aceptaron volver a su país, abundó.
Atracción turística
Ante la difusión de la crisis humanitaria que atraviesan los centroamericanos de las caravanas que han llegado a México desde el pasado 19 de octubre, la frontera de Tijuana se ha convertido incluso en una atracción turística.
Imágenes muestran a turistas chinos tomándose fotos en la cerca por donde todos los días los centroamericanos intentan cruzar del lado estadounidense.
Aunque las cifras de las autoridades locales ya no son de fiar, luego de admitir que no habían levantado un censo preciso sobre los migrantes que habían llegado a Tijuana y Mexicali, las dos ciudades de Baja California donde están albergados los centroamericanos, se calcula que son más de 7.000 los que han llegado hasta esta frontera.
Según medios, entre los centroamericanos hay un emergente sentimiento de frustración por la larga espera para postularse por el asilo en Estados Unidos, cuyas autoridades procesan si acaso 100 solicitudes por día.
Rachel Rivera, de 19 años, le dijo a The Associated Press que Honduras se había vuelto inhabitable y por eso prefería arrastrarse por debajo de la cerca, en un intento por "darle una mejor vida" a su hija Charlot.
Un periodista de la agencia AP también fue testigo del momento en que más de una veintena de migrantes escalaban la cerca por la noche.
Todos fracasan, pues una vez que cruzan al otro lado, ya los esperan agentes de la Patrulla Fronteriza para su detención. Pero no está claro a dónde los llevan.
En un día típico, antes de que la caravana llegara a Tijuana, los agentes de la Patrulla Fronteriza desplegados en el área de San Diego detenían a unas 120 personas que intentaban cruzar la frontera ilegalmente desde México.
Margarita López, una migrante de Honduras, dijo que definitivamente saltaría la cerca a Estados Unidos si tuviera la oportunidad. Pero ha preferido hacer fila para solicitar una visa humanitaria al gobierno mexicano, que le permitiría vivir y trabajar en México por un año.
Luis Fernando Vázquez, otro migrante de Guatemala, tampoco quiere huir por la frontera. "No soy así", dijo. "Prefiero trabajar, comportarme bien, aquí", en México.
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