Apareció en una sala de juntas de la corte federal de Brooklyn, sobre la repisa de un estante. Es una figura de unos 15.5 centímetros de altura, de un hombre sentado en un trono púrpura con un puñado de billetes en una mano y una bolsa de oro en la otra.
Se trata de la figurilla de Jesús Malverde, el llamado "santo" de los narcotraficantes mexicanos –no reconocido por la Iglesia–, que luce en el salón donde se reúne el equipo de abogados que representa a Joaquín "el Chapo" Guzmán.
La figura está a la vista desde una pequeña ventana de la sala que se ubica entre un pasillo y la sala del tribunal donde se desahoga el juicio de Guzman, en el octavo piso de la sede de la Corte Federal de Brooklyn, de acuerdo con información del diario New York Post.
"Apareció milagrosamente", dijo Eduardo Balarezo, abogado de Guzmán, cuando la prensa le preguntó sobre la estatuilla del santo que tiene hasta capilla propia en Sinaloa, la tierra natal de "el Chapo" y su cártel.
El abogado informó que el "santo" apareció allí desde el pasado miércoles que comenzó a rendir testimonio por parte de la fiscalía Jesús "el Rey" Zambada, ex socio del "Chapo" en el Cártel de Sinaloa y hermano de Ismael "el Mayo" Zambada, líder prófugo del grupo criminal.
Malverde se ha convertido hasta tal punto en un icono de la "narcocultura" en México que la fiscalía consideró apropiado preguntar a los posibles jurados si estaban familiarizados con él y su leyenda.
Incluso, esta fue una de las 120 preguntas del cuestionario que el juez Brian Cogan aplicó a los jurados para cerciorarse de su neutralidad.
Malverde es una leyenda en el mundo del narcotráfico en Sinaloa, al estilo de un Robin Hood. Un bandolero del siglo XIX que se dedicaba a asaltar en la sierra de Sinaloa y su botín lo repartía entre la gente pobre.
En 1909 fue colgado, acusado de ladrón, en una zona popular que se ubica cerca del centro de Culiacán, capital de Sinaloa.
La devoción popular empezó cuando un capo narco de la región, de nombre Julio Escalante, ordenó matar a su hijo Raymundo por haber hecho negocios sin su consentimiento.
Herido de bala y agonizante en el mar, el hijo suplicó a Malverde su ayuda y fue salvado por un pescador. A partir de entonces comenzó su culto en el mundo del narco, que recurre a él para su protección.
Y aunque "el Chapo" no tiene acceso a la sala de juntas de su defensa, donde la prensa descubrió la estatuilla de Malverde, su esposa, Emma Coronel, sí puede entrar allí.
Tal vez espera un milagro para su esposo, acusado de 11 cargos vinculados con narcotráfico que lo pueden dejar en la cárcel de por vida.
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