El ejército mexicano recuperó ayer los cuerpos de tres alpinistas momificados bajo la abundante nieve que cubre el Pico de Orizaba, la cima más alta de México.
Se trata de los cadáveres de tres alpinistas que desaparecieron en la montaña hace casi 60 años, en 1959. Entonces, una avalancha sorprendió al grupo, que desapareció a más de 5 mil metros de altura.
En realidad, los cuerpos momificados fueron descubiertos en 2015, cuando un grupo de montañistas de Chalchicomula de Sesma encontró los cadáveres durante una expedición. Tras leer la noticia del hallazgo, el escalador ya retirado Luis Mendoza supo que podía tratarse de los cuerpos de los alpinistas desaparecidos en 1959.
Gracias al anillo que aún portaba uno de los fallecidos, y que llevaba grabadas sus iniciales, se pudieron corroborar las sospechas de Luis Mendoza. Según aclaró el alpinista para AFP, los cuerpos eran los del ingeniero Enrique García Romero, alias el Calavera, de 24 años de edad; Juan Espinoza Camargo, de 17 años de edad y el experimentado montañista Manuel Campos Verde, apodado como el Indio Verde.
El 1 de noviembre del año 1959, los tres alpinistas partieron hacia la cima del volcán Citlaltépetl, también conocido como Pico de Orizaba, integrados en un grupo más grande, de 16 personas. Al día de iniciar el viaje, decidieron coordinar el ascenso y dividirse en grupos más pequeños.
Durante la escalada, el desplazamiento de un glaciar en la montaña sorprendió a uno de los grupos, formado por cuatro alpinistas que quedaron sepultados por la tromba de nieve.
Una vez reportada la desaparición de los cuatro montañistas, solo pudo darse con el cuerpo de Alberto Rodríguez, según información publicada por MTP Noticias. Los restos de los otros tres desaparecidos nunca fueron encontrados, aunque las gélidas temperaturas de la montaña mantuvieron sus cuerpos momificados hasta el año 2015.
La exitosa recuperación de los cadáveres este mes de noviembre llegó después de diversos fracasos en la misión. Desde que fueran descubiertos en la nieve hace tres años, se ha tratado de abordar en diversas ocasiones la compleja expedición. Sin embargo, las condiciones climáticas y el difícil acceso al lugar, a 5,610 metros de altura, obligaron a abortar varias veces el operativo.
"Es un descanso porque ese sentimiento de no poderlos salvar y recuperar era para mí una continua preocupación que hoy me liberé de ella, que descansen ya" dijo Luis Mendoza a AFP.
En los próximos días se llevarán a cabo los exámenes de ADN, y se procederá a una identificación oficial.
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