Un rascacielos mexicano resultó ganador del prestigioso premio International High Rise Award 2018, celebrado en Frankfurt, Alemania.
Se trata de Torre Reforma, obra del arquitecto mexicano Benjamín Romano, fundador del despacho LBR&A Arquitectos, que recibió el voto unánime del jurado al reconocer sus atributos de diseño, rentabilidad, construcción y contribución al cuidado ambiental.
El edificio es el más alto de México con 246 metros de altura y se ubica en el emblemático Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, donde en los últimos 20 años se han levantado los edificios más modernos de la capital mexicana.
"Torre Reforma es impresionante por el uso creativo de los materiales de construcción, su concepto sofisticado de carga y los niveles de eficiencia de energía primarios", dijo Matthias Danne, miembro del comité organizador del premio y directivo en DekaBank, grupo financiero que participa en la organización del concurso.
Durante la entrega del reconocimiento, Danne destacó también la "innovadora forma estructural a prueba de terremotos" del edificio que se levanta en una de las zonas más sísmicas de la capital.
El complejo cuenta con la certificación LEED Platino, que reconoce su sustentabilidad, pues consume 25% menos energía que otras construcciones con características similares.
Además, 85% de su construcción utilizó materiales mexicanos, lo que permitió disminuir la huella de carbono que implica la transportación de insumos de otros países.
La obra es un gran obelisco postrado sobre dos muros de hormigón que están posicionados como si fueran un libro abierto.
Su diseño es una reinterpretación moderna de las construcciones de la cultura azteca, por lo que también cumple con el componente artístico, coincidió el jurado del premio.
Este reconocimiento, entregado desde 2003 a los edificios más innovadores del mundo, coloca a la arquitectura mexicana como referente mundial, sobre todo respecto del diseño de obras de gran altura.
La Torre Reforma fue la única obra latinoamericana elegida entre las 36 construcciones nominadas, la mayoría ubicadas en Asia –donde se construyen los edificios más altos del mundo.
La obra venció a edificaciones diseñadas por famosos arquitectos como el italiano Renzo Piano, el inglés Norman Foster, el francés Jean Nouvell, el argentino César Pelli o la oficina ZHA, fundada por la extinta arquitecta iraní Zaha Hadid.
La torre y su arquitecto recibieron el reconocimiento, 50.000 euros y la posibilidad de participar en la exposición de fotografías que mostrará los cinco edificios finalistas en Alemania.
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