Tras la muerte de un hondureño de la caravana, el Gobierno de Peña Nieto denunció a los migrantes por su violento ingreso a México

El hombre murió este domingo cuando una segunda caravana se enfrento con policías mexicanos al intentar cruzar a México, lo que reprobó el gobierno de Peña Nieto

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Las autoridades mexicanas aseguran que los migrantes usaron bombas molotov. (Foto: EFE)
Las autoridades mexicanas aseguran que los migrantes usaron bombas molotov. (Foto: EFE)

La muerte de un hondureño como consecuencia de un enfrentamiento entre migrantes y policías federales en la frontera con Guatemala confrontó al gobierno mexicano con esta segunda caravana que ingresó a territorio nacional.

Este domingo hubo el reporte de un migrante hondureño muerto y diez más lesionados durante un enfrentamiento con elementos de la Policía Federal que intentaron contener la entrada de otro grupo de migrantes a México, que buscan llegar a Estados Unidos.

De acuerdo con información de medios, el hondureño murió al recibir el impacto de una bala de goma. Pero las autoridades mexicanas negaron la versión.

De lado de Guatemala también hubo choque con la policía. (EFE)
De lado de Guatemala también hubo choque con la policía. (EFE)

En conferencia de prensa, el secretario de Gobernación mexicano, Alfonso Navarrete Prida, afirmó que los policías federales no estaban armados ni siquiera con balas de goma, "que son consideradas no letales", y condenó con dureza el uso de violencia para ingresar al país.

Afirmó además que, a diferencia de los policías mexicanos, los agresores –no se refirió a ellos como migrantes– sí iban armados incluso con bombas molotov, por lo que ya compartió información con los gobiernos de Guatemala y Honduras para detener a los responsables.

Luego de destacar que México no criminaliza la migración no documentada, el funcionario mexicano lamentó que los días 19 y 28 de octubre "grupos de personas intentaron ingresar violentamente a territorio nacional por la frontera sur".

Navarrete Prida aseguró que este domingo los integrantes de la caravana migrante rompieron la reja de entrada a territorio mexicano y agredieron con piedras, petardos, botellas de vidrio y cohetones a personal de migración y a policías federales desarmados.

"La Policía Federal, como lo atestiguan los visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México y organismos no gubernamentales que estuvieron presentes, no portaba arma alguna, ni siquiera para tener balas de plástico", detalló.

Del lado guatemalteco también hubo enfrentamientos con policías y, según versiones, fueron las autoridades de aquel país quienes utilizaron gases lacrimógenos y los migrantes respondieron con piedras y palos.

Una primera caravana de migrantes, ahora formada por unas 7,000 personas, partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras, con rumbo a Estados Unidos y gran parte de ella marcha actualmente por México.

En esta segunda caravana viajan unas 1,500 personas dispersas en varios grupos.

El gobierno mexicano informó que, hasta este domingo, 1,895 migrantes centroamericanos solicitaron refugio, algunos de los cuales han desistido del procedimiento y decidido voluntariamente regresar a su país de origen.

Además, otros 422 solicitaron la repatriación voluntaria a sus naciones y 300 ya cuentan con una cédula de identificación expedida por el Instituto Nacional de Migración, que los protege durante su estancia en México.

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