Cómo es la prisión en la isla María Madre, el Alcatraz mexicano que puede ser arrasado por el huracán Willa

Ubicada a 100 kilómetros de la costa, está habitada por 1.100 personas dedicadas a la Colonia Penal Federal que recibe a presos de baja peligrosidad de todo el país. También es una reserva natural que ha estado a salvo incluso del turismo. Pero deberá enfrentarse ahora a los vientos de 260 kilómetros por hora de la tormenta de categoría 5 que se aproxima

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El huracán Willa, recientemente elevado a categoría 5, avanza hacia la costa occidental de México con efectos "potencialmente catastróficos", debido a sus vientos sostenidos, que alcanzaron los 260 kilómetros por hora, según informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de los Estados Unidos.

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Se espera que la poderosa tormenta alcance suelo mexicano por la noche del martes, pero un pequeño grupo de islas se encuentra en su camino y podrían ser golpeadas mucho antes.

El ingreso de la Colonia
El ingreso de la Colonia Penal Federal Islas Marías

Se trata de las Islas Marías, un conjunto de nueve islotes de diferente tamaño ubicados a unos 100 kilómetros de la costa mexicana en el estado de Nayarit, y declaradas en 2010 reserva de la Biósfera por la UNESCO, como reporta el periódico mexicano El Universal.

Solo una de las islas paradisíacas que pertenecen a México, la María Madre, se encuentra habitada. Su superficie es de 145 kilómetros cuadrados y viven allí unas 1.100 personas, 600 de las cuales se ubican en el  pueblo de Puerto Balleto.

Pero la razón de ser de esta comunidad está justo del otro lado de la isla: la Colonia Penal Federal Islas Marías.

Esa prisión fue fundada en 1905 para albergar prisioneros peligrosos, y siguiendo el modelo de otras cárceles alejadas de la civilización, como Alcatraz en San Francisco, Estados Unidos, o el Penal de Ushuaia en la Tierra del Fuego, Argentina.

Por esta razón, los presos gozan de ciertas libertades dentro de la isla, y son custodiados solo por 49 guardias y 80 elementos de la Marina Mexicana. El verdadero control lo ejercen los 100 kilómetros de mar que separan a María Madre de la costa y los tiburones.

Pero lo cierto es que el penal ya no se concentra en los presos más peligrosos de México. De hecho, para ser enviado como "colono" a las Islas Marías se debe acreditar una condena mínima de dos años, ser de baja peligrosidad, estar sano física y mentalmente, tener entre 20 y 50 años y poseer bajos ingresos, como recuerda el periódico México Desconocido.

Una vez allí dedican su tiempo a la agricultura, la ganadería y la pesca, además de a actividades manuales y carpintería, entre otros trabajos por los que reciben una paga simbólica. Además viven en diferentes campamentos alrededor de la isla.

María Madre cuenta con un puerto y un aeropuerto para conectar con el continente, que están fuertemente resguardados por infantería de marina.

Aunque las islas son una reserva protegida incluso del turismo, ya que solo se permite el acceso por motivos científicos, educativos y culturares, además de los prisioneros, guardias y trabajadores.

Pero más allá de las libertades y de la belleza de la isla, las condiciones de vida no son fáciles, y en 2013 hubo un motín, según reportó Animal Político.

Los presos se quejaban de la falta de agua y comida y de la dificultad de recibir visitas debido a los altos costos del viaje hasta la isla y el extenso proceso de verificación de los familiares antes de llegar, lo que contribuye al aislamiento.

En los años siguientes, las condiciones mejoraron, y el penal sigue funcionando plenamente. En agosto pasado, un último contingente de 128 reos fue enviado a la isla María Madre con el objetivo de descomprimir 10 establecimientos carcelarios en el territorio continental mexicano, como reportó El Universal.

Pero el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, que asumirá el 1 de diciembre, ha señalado que revisará la situación del penal y su utilidad en el sistema carcelario, y deslizó la posibilidad de que pudiera ser cerrado para, en cambio, desarrollar turísticamente las islas.

Restará solo ver el efecto que el huracán Willa pueda tener en la infraestructura de las Islas Marías cuando las alcance el martes por la mañana, en su primer golpe al territorio mexicano.

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