Crece la polémica en México por la consulta popular convocada por López Obrador sobre el nuevo aeropuerto

El equipo de transición dio a conocer los detalles de esta inédito ejercicio que pone en riesgo una inversión ya ejercida de 5.000 mdd.

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El futuro del nuevo aeropuerto
El futuro del nuevo aeropuerto internacional de México está en el aire.

Ningún proyecto en México ha tenido tantos descalabros como la construcción de un nuevo aeropuerto en Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Desde el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) hubo un primer intento que fracasó. La estafeta la tomó Enrique Peña Nieto al asumir la Presidencia en 2012 y anunciar en 2014 el comienzo del proyecto al año siguiente.

Tres años después, con un avance de obra que ronda 30% y una inversión ya ejercida de aproximadamente 5.000 millones de dólares, el futuro del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) está de nuevo en vilo.

El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha llamado a una consulta pública para que los ciudadanos decidan si la faraónica obra –que tendría al final un costo aproximado de 13.000 millones de pesos– sigue o se cancela

Su propuesta es emprender un proyecto más austero en una terminal área militar que opera en el Estado de México, ampliar el aeropuerto de la ciudad de Toluca, en la misma entidad, y mantener en operaciones el "Benito Juárez" de la Ciudad de México.

Este lunes el equipo de transición de López Obrador dio a conocer los detalles de la consulta que se llevará a cabo del 25 al 28 de octubre, significará la instalación de 1.073 mesas para la recepción de las papeletas, en 538 de los 2,458 municipios de México.

La boleta de la consulta a los ciudadanos tiene anotada la siguiente pregunta: "Dada la saturación del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, ¿cuál opción plantea usted que sea mejor para el país?".

Las opciones son dos. La primera dice: "Reacondicionar el actual Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía", que es la opción favorita de López Obrador.

La segunda es: "Continuar con la construcción del Aeropuerto de Texcoco (NAIM) y dejar de usar el actual aeropuerto de Ciudad de México", como marca el plan original de Peña Nieto.

Esta es la papeleta que
Esta es la papeleta que tendrán en sus manos los mexicanos que participen en la consulta.

Detrás de la papeleta habrá una breve explicación de los pros y los contras de cada opción, como costos, localización, daños ambientales y tiempo de la obra.

Al margen de cualquier consideración técnica, también está en duda la legalidad de la consulta, pues la Ley Federal de Consulta Popular define que esta debe ser convocada por el Congreso de la Unión a petición del presidente de la República, y López Obrador lo será hasta el primero de diciembre próximo.

Además no será el Instituto Nacional Electoral (INE) el responsable de la consulta,  como define la ley si se pretende que los resultados sean vinculantes.

En este caso la consulta estarán a cargo de la organización civil Fundación Arturo Rosenblueth, que los dará a conocer dos horas después del cierre de las mesas.

El costo de este ejercicio correrá a cargo de diputados y senadores del partido Morena, que fundó López Obrador y que actualmente es mayoría en ambas cámaras.

Así se jugará su futuro la obra más importante y costosa del gobierno que todavía encabeza Peña Nieto y a la que se opuso López Obrador desde su campaña como candidato a la Presidencia, al considerar que no era necesario un gasto de tal magnitud y que detrás había contratos a modo para algunos grupos empresariales.

Los argumentos en juego

Hay consenso en la necesidad de un nuevo aeropuerto para la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Pero hay diferencias que están a debate en el marco de esta inédita consulta, que tiene divididos a los mexicanos. Entre otros el costo, la localización y los daños ambientales.

El aeropuerto de Texcoco está en construcción en una importante zona de valor ambiental para la Ciudad de México y la recarga de sus mantos acuíferos, pues es una región de lagos con flora y fauna endémica.

El nuevo aeropuerto en construcción está sobre un terreno de aproximadamente 4.430 hectáreas, localizado en el municipio de Texcoco, en el Estado de México.

La base militar de Santa Lucía, que López Obrador propone adecuar para uso comercial, se encuentra en el municipio de Tecámac, también en el estado de México y, una vez ampliado, abarcaría una superficie de 2.320 hectáreas.

Sus operaciones se reforzarían con el Aeropuerto Internacional de Toluca, capital del Estado de México, que ya opera en una superficie de 694 hectáreas y está 70 kilómetros del aeropuerto capitalino.

Habitantes de las comunidades aledañas
Habitantes de las comunidades aledañas a Texcoco se han manifestado encontramos del nuevo aeropuerto. (Foto: Reuters)

El aeropuerto en construcción en Texcoco ha elevado progresivamente su costo. Al arrancar las obras el gobierno previó un costo de 12.158 millones de dólares, al tiempo cambio de 2015, y a la fecha la cifra ya aumentó a 13.300 millones de dólares.

La opción de López Obrador –que significará prácticamente tirar por la borda 5.287 millones de dólares invertidos hasta ahora– prevé unos 3.530 millones de dólares para la adecuación de la base área militar de Santa y otros 104.4 millones de dólares para reforma en el aeropuerto de Toluca.

Respecto del avance de las obras en Texcoco, las autoridades afirman que van en 35%, estudios de la Academia de Ingeniería de México (AIM) estima que ronda 31% y López Obrador aseguró en un video que apenas va en 20%.

Lo anterior significaría que la obra podría estar concluida entre 2020 y 2022, mientras que la adecuación de la base de Santa Lucía llevaría dos años, según un "plan maestro" publicado por el equipo del próximo gobierno.

La operación del NAIM obliga necesariamente al cierre del aeropuerto actual, por incompatibilidad del espacio aéreo. López Obrador asegura, por su parte, que el aeropuerto de Santa Lucía podría operar sin necesidad de cerrar la terminal aérea actual.

Sin embargo, el centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación (MITRE) señaló que no está claro que ambos puedan trabajar de manera simultánea, ya que habría un área de interferencia.

Posiciones en pugna

El tema, por lo pronto, ya enfrentó a López Obrador con los empresarios, incluido el magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim, quien participa en el proyecto con su constructora y defendió en su momento la obra.

El multimillonario Carlos Slim, durante
El multimillonario Carlos Slim, durante la conferencia en la que defendió el nuevo aeropuerto, donde él tiene contratos. (Foto: Reuters)

El presidente electo, que moderó su posición al respecto, ha propuesto a los empresarios que si quieren seguir con la obra asuman ellos el costo bajo la figura de concesión. Pero ya advirtió que su gobierno no tendrá recursos para desembolsar el próximo año para el proyecto.

Para los empresarios en México no hay duda que la mejor opción es seguir con la obra del aeropuerto en Texcoco, ya que tendrá un efecto "multiplicador" para la economía y "mejores costos". En cambio, considera que Santa Lucía "implicaría una duplicidad en costos de equipamiento y de servicios públicos".

La calificadora Moody's dijo que la cancelación de las obras del NAIM tendrá un "efecto directo" sobre la calificación soberana de México y sería una "señal negativa".

Y por supuesto el presidente Peña Nieto y su gabinete han defendido una y otra vez la necesidad y viabilidad de la obra que, por ahora, lleva ventaja la opinión pública.

Una encuesta de la firma Massive Caller que circula este martes revela que 53% de los mexicanos está a favor del aeropuerto en construcción en Texcoco. Pero la moneda sigue en el aire.

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