50 años de Tlatelolco: 12 claves de una masacre estudiantil que marcó al continente americano

El estado mexicano acaba de reconocerla como un crimen de Estado. Aún hoy, “2 de octubre no se olvida” es una reivindicación permanente en el país

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Las bengalas en el cielos antes de los disparos

El 2 de octubre de 1968, Víctor Guerra era un estudiante de 16 años del Politécnico Nacional (IPN) en la Escuela Vocacional Número 8 en Ciudad de México. Al igual que el resto de la comunidad universitaria estaba inmerso en el movimiento estudiantil iniciado meses antes. Por la tarde se dirigía a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, en el centro de la capital, donde se realizaría una protesta para exigir el cumplimiento de los seis puntos de un pliego petitorio que se había hecho al gobierno.

Víctor logró llegar a Tlatelolco, pero no a la plaza. La cantidad de gente le impidió llegar al núcleo de la protesta y se quedó a unos 200 metros de distancia. Desde ahí, vio unas luces de bengala en el cielo e inmediatamente empezó a escuchar disparos y gritos incontenibles. Era el desarrollo de lo que se conoce como la peor masacre de estudiantes en la historia de México, hace 50 años.

"Cuando oí la balacera nos fuimos de inmediato porque estaba pasando algo muy grande, estaba a unos tres edificios de la plaza y hasta allá se oían los gritos de la gente se oía un eco, un murmullo de la multitud y los tiros", relató a Infobae Guerra, quien ahora forma parte del Comité 68, que agrupa a ex dirigentes estudiantiles del movimiento, sobre el cual se ha dicho, escrito mucho y realizado toda una serie de películas y documentales ante la falta de una explicación concreta y exacta de qué fue lo que pasó y quiénes fueron los responsables.

El 68 fue una mezcla
El 68 fue una mezcla del enojo en distintos sectores

El gobierno de México dio a conocer una cifra oficial de 26 muertos, 1.043 detenidos y 100 heridos. En su libro Posdata, el escritor mexicano Octavio Paz citó al diario inglés The Guardian que estimó 325 muertos, mientras que documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos cifran en un máximo de 200 el número de personas que perecieron en la matanza, que tuvo lugar 10 días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de México 68.

Al movimiento estudiantil lo rodean toda una serie de historias que van desde una infiltración comunista entre los estudiantes a un presunto plan orquestado por la CIA, por mencionar algunos. Independientemente de todas las versiones, estas son 12 claves para entender cómo y por qué ocurrió la masacre.

1.México en 1968

El país estaba bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), un sistema cerrado y autoritario, sin válvula de escape ante las inconformidades que empezaban a manifestar distintos sectores con las políticas económica y social por la explotación extrema de los trabajadores y la criminalización, principalmente, de jóvenes que vivían en zonas populares, quienes no podían reunirse en las calles porque inmediatamente eran detenidos por policías. No estaba escrito, pero no se permitía el derecho de reunión ni de manifestación, como había quedado demostrado en la represión de las protestas organizadas por médicos y sindicalistas.

El enojo de los jóvenes
El enojo de los jóvenes no sólo pasaba en México

2. Contexto mundial

México no era el único país en el que los jóvenes expresaban su inconformidad en contra del sistema. El Mayo francés, con sus protestas conjuntas de estudiantes y trabajadores, había sido noticia en todo el mundo; en Checoslovaquia, "la Primavera de Praga" sacó a miles a la calle para reclamar por las libertades civiles, políticas y sindicales que negaba el opresivo sistema cominista 

En Estados Unidos, miles protestaron en la calle contra la guerra de Vietnam y el asesinato de Martin Luther King.

3. Represión de las protestas

Antes de 1968 ya se habían registrado en otras universidades del interior de México una serie de protestas. En 1966 se registró la intromisión del Ejército a la Universidad Nicolaita, en Michoacán, pero no había trascendido. Desde 1946, con la llegada del presidente Miguel Alemán Velasco, según Jaime Tamayo, investigador del Departamento sobre Estudios Sociales de la Universidad de Guadalajara, existía ya una intención de reprimir todos los movimientos contrarios al gobierno, como los sindicatos independientes, partidos de oposición y organizaciones con pensamientos diferentes a los del Estado. A partir de entonces, dirigentes de distintos gremios con ideas comunistas, como los de los ferrocarrileros, fueron encarcelados.

4. Los enfrentamientos en La Ciudadela

Todo habría empezado por unos
Todo habría empezado por unos enfrentamientos incitados por pandillas

Los días 22 y 23 de julio de ese año grupos de las preparatorias vocacionales 2 y 5 del IPN, "Los Araños" y "Los Ciudadelos", ubicadas en la céntrica zona de La Ciudadela, culminan una serie de actos violentos que habían mantenido desde hacía más de un año. Estas pandillas indujeron a los alumnos de las dos escuelas a atacar a otros de una tercera llamada Isaac Ochenterena.

Un día después, las mismas pandillas vuelven a incitar a los jóvenes quienes frente al cuerpo de granaderos apedrean el edificio de la tercera preparatoria, pero como no hay respuesta, deciden volver a sus escuelas y ya en sus planteles empiezan a ser provocados por el cuerpo policíaco. De los gritos y silbidos los jóvenes pasaron a tirarles piedras, lo que es aprovechado por los granaderos para perseguirlos hasta la vocacional 5, donde en el interior golpearon a varios. El 24 de julio, el Comité Ejecutivo de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declara una huelga indefinida.

5.Empiezan las protestas

El 26 de julio, durante una multitudinaria protesta, se enfrentan policías y estudiantes a lo largo de varias horas. Los granaderos atacan a estudiantes de la Preparatoria 2, quienes se recluyen en su escuela y secuestran buses.

Los días siguientes, estudiantes de preparatoria toman distintas escuelas en protesta por la represión de la que fueron objeto sus compañeros. En algunas escuelas se declara un paro indefinido hasta que renuncien el jefe y subjefe de la Policía Preventiva del entonces Distrito Federal, los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Cerecero, respectivamente.

En julio se organizaron distintas
En julio se organizaron distintas protestas

6.La versión del comunismo infiltrado

Durante las distintas protestas del 26 de julio participó un grupo llamado Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), agrupación juvenil ligada al Partido Comunista, en conmemoración del XV aniversario del asalto al cuartel Moncada en la Revolución Cubana. Por otro lado, en medio del caos, corporaciones mexicanas, entre estas el Servicio Secreto y la temida Dirección Federal de Seguridad, allanaron las oficinas del Comité Central del Partido Comunista Mexicano y los talleres donde imprimía su órgano oficial de difusión La Voz de México. Tanto en la oficina como en un café cercano fueron arrestados algunos de sus miembros entre quienes había algunos extranjeros.

En el Código Penal del país estaba vigente el artículo 145 para sancionar los delitos llamados de "disolución social" (el extranjero o nacional mexicano, que en forma hablada ó escrita, o por medio de símbolos o cualquiera otra forma, realice propaganda política entre extranjeros o entre nacionales mexicanos, difundiendo ideas, programas o normas de acción, de cualquier gobierno de otro país).

7.La relación del presidente con la CIA

El presidente Gustavo Díaz Ordaz, según muestran documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos en 2017 sobre el asesinato de John F. Kennedy, así como su ministro del Interior, Luis Echeverría Álvarez, trabajaron para la CIA.

El director de la agencia de inteligencia en México, Winston Scott, y otros integrantes de esa agencia tuvieron participación en la ejecución de golpes militares en naciones de América Latina, como Guatemala, Perú y Brasil, en los años 60.

Fue Scott quien presuntamente habría vendido a Díaz Ordaz la idea de que en México se gestaba un movimiento comunista en su contra, que debía ser controlado antes de que llegara hasta las masas.

El rector Barros Sierra encabezando
El rector Barros Sierra encabezando una de las protestas

8. El pliego petitorio

El 28 de julio se reúnen el Comité Coordinador de Huelga del IPN con representantes de la UNAM, de la Escuela de Agricultura de Chapingo y la Escuela Normal para discutir la posibilidad de una huelga en todas sus escuelas hasta que el gobierno no cumpliera con un pliego petitorio de 6 puntos:

  • La desaparición de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) del IPN, de la Porra Universitaria y del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación, conocido como MURO, un grupo ligado a la ultraderecha mexicana.
  • Expulsión de sus las escuelas involucradas en el movimiento de estudiantes miembros de estas agrupaciones y del PRI.
  • Indemnización por parte del Gobierno a los estudiantes heridos y a los familiares de los muertos durante las primeras protestas.
  • Liberación de todos los estudiantes detenidos.
  • Desaparición del Cuerpo de Granaderos y otros cuerpos de seguridad creados para reprender a la población.
  • La derogación del artículo 145 del Código Penal.

9.Las manos que no se extendieron

El Estado no estaba dispuesto
El Estado no estaba dispuesto a negociar

En el marco de las movilizaciones estudiantiles que se sucedían en todo el planeta, la de México fue la única en la que el rector de la universidad más importante participó de las protestas, tanto de las realizadas para demandar la salida del Ejército de las escuelas como las de duelo por los estudiantes asesinados y encarcelados.

"Nuestra lucha no termina con esta demostración. Continuaremos luchando por los estudiantes, contra la represión y por la libertad de la educación en México", dijo el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra al término de una marcha multitudinaria.

En respuesta, Díaz Ordaz, en un discurso ante banqueros e industriales en Guadalajara, declaró: "Una mano está tendida; los mexicanos dirán si esa mano se queda tendida en el aire", y se refiere al movimiento estudiantil como "algaradas sin importancia", según recoge, Antonio Gómez Nashiki, en una cronología publicada por la revista Nexos.

Dos días antes del Informe anual del Presidente, estudiantes tomaron el Zócalo capitalino, frente al Palacio Nacional, en demanda de un debate con el Ejecutivo para discutir la situación de la universidad, pero fueron desalojados por batallones de infantería, carros de bomberos y tránsitos, quienes los acusaron de haber izado de manera irrespetuosa la bandera nacional.

Al día siguiente, del gobierno del Distrito Federal realizó un mitin de desagravio a la bandera al que fueron obligados a asistir contra su voluntad decenas de burócratas quienes terminaron gritando consignas en contra de las policías.

Las protestas estudiantiles de 1968
Las protestas estudiantiles de 1968 culminaron en una fuerte represión de las fuerzas de seguridad en lo que se conoció como la Masacre de Tlatelolco

En el IPN, al Consejo Nacional de Huelga, organizaciones de profesores y el movimiento empezaron a adherirse seguidores de universidades privadas como la Iberoamericana y del Valle de México, que decretaron paros indefinidos. Las brigadas consiguieron también simpatizantes en el interior del país.

Intelectuales, escritores y artistas empezaron a asistir a las asambleas convocadas por los estudiantes, quienes también recibieron el apoyo de policías que no estaban conformes con el manejo de sus corporaciones. El movimiento ya se había generalizado.

10. La medición de fuerza

Un hecho detonó la furia de los estudiantes: el 30 de julio de 1968 el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz marcó una escalada en la represión a estudiantes: el Ejército y la policía tomaron escuelas de la UNAM y el IPN.

Un día antes, el 29 de julio, la policía había impedido la llegada de manifestantes al Zócalo de la capital para concluir un mitin, por lo cual algunos jóvenes se refugiaron en la preparatoria 1 de San Ildefonso. Con el argumento de que pretendían asaltar armerías ubicadas en el primer cuadro de la ciudad, en una demostración de fuerza innecesaria, el presidente autorizó la movilización del Ejército que irrumpió en tres escuelas preparatorias. De un bazucazo destruyó la puerta colonial barroca de San Ildefonso, labrada en el siglo XVIII donde 100 años antes el presidente Benito Juárez había inaugurado la Escuela Nacional Preparatoria.

Con la Olimpiada México quería
Con la Olimpiada México quería mandar el mensaje de que era un país progresista

11. La Olimpiada

El 12 de octubre se inaugurarían en el país los XIX Juegos Olímpicos en la capital del país, lo cual era una presión adicional para solucionar las inconformidades y presentar ante el mundo la imagen de que México era un país progresista, de vanguardia, en el que existía plurialismo y condiciones para la inversión.

"Las olimpiadas siempre han sido una ventana de oportunidad para un gobierno de hacer relaciones públicas hacia la comunidad internacional en una pretensión de proyectar que es una sociedad progresista. Torpemente quisieron apagar el movimiento con una masacre sin pensar incluso en las consecuencias que pudiera tener en términos de proyección hacia al exterior, yo creo que se les salió de las manos", dijo a Infobae Vicente Sánchez, investigador del Colegio de la Frontera Norte.

El día de la masacre ya estaban en el país una serie de medios extranjeros que cubrirían los detalles de la justa deportiva, por lo que la matanza de estudiantes dio al vuelta al mundo.

12.¿Qué pasó el 2 de octubre?

Participantes del movimiento y académicos coinciden en que lo que pasó el 2 de octubre fue una masacre innecesaria porque fuerzas del Estado atacaron directamente a estudiantes desarmados.

¿Qué fuerzas del Estado se utilizaron? Tamayo asegura que durante mucho tiempo se sostuvo la versión de que el Ejército es el que disparó, pero poco se ha dicho del papel que jugó el Estado Mayor Presidencial, una fuerza militar especial bajo el mando director del presidente y no del Ministerio de Defensa. Mucho se ha escrito de la participación del batallón llamado Olimpia, integrado por hombres vestidos de civiles, con corte de cabello tipo militar y que portaban un guante blanco.

El día de la masacre
El día de la masacre en la plaza de las tres culturas

Se trata de un grupo paramilitar de contrainsurgencia creado por el gobierno federal, que, aseguró Tamayo, tuvo a su cargo todo el entramado de la matanza. Sus integrantes esteban colocados en puntos estratégicos para que a la hora que iniciaron los tiros pareciera que venían de parte de los estudiantes. Cuando el Ejército empezó a cercar la plaza donde se realizaba el mitin, sus participantes corrieron hacia ellos pensando que los iban a salvar, pero en cambio, también les empezaron a disparar.

"Fue una provocación del presidente, el Estado Mayor Presidencial no recibe órdenes ni de la Defensa", dijo Tamayo.

En 2006, un magistrado federal emitió una resolución en la que se responsabiliza al entonces secretario de Gobernación y hombre de máxima confianza del Presidente Díaz Ortiz, Luis Echeverría, por ser el "concebidor y preparador" de la matanza de Tlatelolco de 1968.  Dos años más tarde, el propio Echeverría se convertiría en Presidente

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