Un cambio súbito en la dirección e intensidad del viento al que se denomina "Wind share" es hasta ahora la causa probable del desplome del vuelo AM 2431, operado por Aeroméxico Connect que volaba de Durango a Ciudad de México, sin que se registrarán pérdidas humanas, informó el grupo investigador que analiza las causas del accidente.
José Armando Constantino Tercero, Director de Análisis e Investigación de Accidentes de la Dirección General de Aeronáutica Civil aseguró que de la lectura de los registradores de datos de la aeronave se desprende un comportamiento normal de los motores, pero que se observaron variaciones en las velocidades del aire y de la aeronave "que indican la presencia de un factor externo, situación que fue confirmada por el grupo de meteorología, que detectó la ocurrencia de un fenómeno meteorológico conocido como micro-rafaga durante la carrera de despegue. Este fenómeno consiste en una columna descendente muy localizada de aire y agua que impacta el terreno generando micro-ráfagas de gran intensidad en todas direcciones".
El grupo descartó fallas humanas o mecánicas, sin embargo, encontró la existencia de un tercer tripulante quien viajaba en la cabina de vuelo del Embraer 190. Se trata de un piloto en entrenamiento que no estaba autorizado para abordar el vuelo.
"Un tripulante desarrolló las funciones de copiloto, con el acompañamiento del comandante, hasta que este le pidió los controles. La sesión no se llevó a cabo conforme a los protocolos establecidos, por lo que se dio aviso a la autoridad aeronáutica", reveló Constantino Tercero.
Dejó en claro que esta situación no fue la causa del accidente, no obstante se iniciará un proceso administrativo para determinar quiénes fueron los responsables de dar el acceso al tripulante y aplicar sanciones.
No habrá alguna sanción a @Aeromexico Solo a la tripulación del vuelo. pic.twitter.com/Cey9gTxSJT
— AeropuertosMX (@AeropuertosMX) September 5, 2018
No se dieron más detalles sobre su participación al no ser un factor que se haya determinado aún como relevante en la investigación que continúa.
El 31 de julio, a pocos minutos de haber despegado del aeropuerto de la Ciudad de Durango, el vuelo se desplomó con 103 personas a bordo, algunos de los cuáles resultaron heridas. Horas después del accidente se reconoció la labor del piloto y su tripulación para evitar muertes y sacar a tiempo a los pasajeros durante el incendió que registró la aeronave luego de su caída.
En 60 días estará listo el informe final sobre el accidente.
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