El fentanilo, la droga sintética que es hasta 50 veces más potente que la heroína, está arruinando a los campesinos de Guerrero dedicados al cultivo de amapola porque está sustituyendo y abaratando su producto en el mercado.
"Está caído el precio de la goma (de opio) por el fentanilo, la droga sintética que se ha estado metiendo en Estados Unidos", afirma de Crescencio Pacheco, campesino de la comunidad de Filo de Caballos, donde 90% de sus 1.900 habitantes se dedica al cultivo de la amapola porque es la única manera de sobrevivir.
Ahora, además, a la crisis de la caída de los precios de la goma de opio se ha sumado otra preocupación para los campesinos de esta comunidad: la propuesta de legalizar el cultivo, producción y comercialización de la amapola con fines científicos y medicinales.
La iniciativa ya fue aprobada por el Legislativo de Guerrero y enviada al Congreso federal que la discutirá seguramente en el primer periodo de sesiones de la Legislatura que está por comenzar este primero de septiembre.
Pero a los campesinos les preocupa que, al votarla, los diputados federales no tomen en cuenta su opinión, pues advierten que una aprobación apresurada y sin consultarlos puede hacerles perder su principal fuente de ingresos.
En esta pequeña población, donde abundan los árboles frutales como el durazno y el aguacate, los campesinos deben esperar de tres a cinco años para una cosecha. En cambio, si siembran la amapola en unos cuatro meses ya tienen ingresos económicos, dependiendo de la cantidad de goma de opio que obtengan de la planta.
De media hectárea, Pacheco puede obtener hasta tres kilos de goma que se traducen en 12.000 pesos (unos 635 dólares), porque el precio se devaluó, "está caído", comenta.
Pacheco admite que el cultivo de amapola puede ser un buen negocio, aunque siempre hay el riesgo de perderlo todo por los operativos militares del gobierno federal.
Frente al riesgo de perder la cosecha o terminar en la cárcel aseguran que la legalización de la amapola puede ser un factor que les permita aumentar sus ingresos y liberarlos de trabajar para los narcotraficantes, aunque advierten que por ello pueden sufrir represalias.
Estas preocupaciones las expresaron en el Foro Regional de la Sierra de Guerrero, Convocados por la Coordinadora Plan de Ayala, el pasado sábado 25 de agosto, en el municipio de Leonardo Bravo, Guerrero, donde pidieron al próximo gobernó federal aclarar y explicar el mecanismo de la legalización de los cultivos de amapola.
El coordinador de la zona sierra, Arturo López Torres, advirtió que una despenalización tiene que hacerse desde bajo, con una consulta a quienes la siembran y dependen de su cultivo.
El gobierno, dijo, tiene que explicar "de qué se tratará, los motivos de la legalización y los beneficios que traería".
No obstante, el ex comisario ejidal Pacheco González reconoció que también les ha dado muchos problemas.
"Sembramos y cultivamos, pero para qué si la gente tiene miedo; aunque no haya dinero pero que haya seguridad. Para qué cultivamos si la gente tiene miedo", dijo.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que inicia el 1 de diciembre, ha adelantado su respaldo a la despenalización del uso de la marihuana y la siembra de la amapola para "pacificar" el país y como una medida para abatir los altos índices de criminalidad y violencia por el narcotráfico.
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