Anunciado está. En su discurso de cierre de campaña en el Estadio Azteca, Andrés Manuel López Obrador resumió los cambios por venir con su Presidencia.
De ellos había hablado durante toda su campaña, pero el pasado miércoles fue puntual al exponer cada uno. Aunque todavía falta saber si el Congreso tiene algo que decir sobre el conjunto de medidas que tomará a partir del próximo 1.º de diciembre.
La mayoría son conocidos porque antes los puso en práctica en el Gobierno de la Ciudad de México, donde aplicó la "austeridad republicana".
Sin duda estos cambios levantarán controversia y la crítica de sectores que miran sus intenciones como medidas "cosméticas". Ya se verá. Por lo pronto, aquí hay 10 que levantarán polémica.
Adiós a Los Pinos. La residencia oficial del presidente se convertirá en un espacio cultural y recreativo abierto a los ciudadanos. Él no vivirá en la casa que inauguró nada menos que el general Lázaro Cárdenas, en 1935.
En alguno de sus mitines afirmó que seguirá viviendo en su casa de la delegación de Tlalpan, al sur de la Ciudad de México y que tal vez rentará una casa cerca de Palacio Nacional, pero al cabo del primer año de Gobierno, hasta que su hijo más pequeño, Jesús, termine la primaria. "Entonces sí vamos a rentar una casa modesta, cerca de Palacio Nacional", dijo. Desde allí despachará: en el Centro Histórico de la capital.
Salario a la mitad. Reducirá a menos de la mitad el salario como presidente que actualmente recibe el priista Enrique Peña Nieto, y "sin compensaciones de ninguna índole". Ordenará lo mismo para los altos funcionarios de su gobierno.
Con el último incremento salarial que le otorgó el Congreso en 2017, Peña Nieto percibe 4.452.601 millones de pesos al año (algo así como 223.000 dólares al tipo de cambio de 20 pesos por dólar) de percepción bruta anual, lo que incluye salario y prestaciones.
Escoltas, solo en caso necesario. Reducirá drásticamente el uso de escoltas para él y sus funcionario. De hecho, aseguró que solo dispondrán de estas los funcionarios que trabajan en tareas de seguridad. Él, a su vez, renunciará a los servicios del Estado Mayor Presidencial, el órgano técnico militar que hasta ahora es responsable de la seguridad del presidente y de su familia. En adelante, dijo, pasará a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Adiós a las naves.Venderá el avión presidencial y toda la flota de aeronaves y helicópteros al servicio de altos funcionarios.
El avión presidencial mexicano, un Boeing Dreamliner 787-8, tuvo un costo de 218,7 millones de dólares, incluida ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones. López Obrador insistió durante su campaña que un avión así no lo tenía ni Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Luego se comprobó que exageró.
Cada quien su médico. Cancelará los beneficios de gastos médicos privados para funcionarios, reducirá al mínimo los viajes al extranjero de él, su gabinetes y funcionarios, y recortará el pago de asesores y publicidad. En muy pocos casos habrá secretarios particulares.
Descapotados. Eliminará el fuero para el presidente en funciones. Enviará una iniciativa al Congreso para reformar la Constitución con el propósito de que el mandatario federal pueda ser juzgado por delitos de corrupción.
A prueba. Habrá revocación de mandato. Aseguró que en tres años someterá su presidencia a consulta pública para saber si los ciudadanos quieren que siga al frente del Ejecutivo federal. De lo contrario, se someterá a la revocación de mandato.
Madrugador. A las 6 de la mañana arrancará sus actividades con la reunión de gabinete de seguridad que se llevará a cabo todos los días y en la que participarán los secretarios de Defensa y Marina, el responsable de Seguridad Pública, la secretaria de Gobernación (ya anunció que ese cargo lo ocupará la ex ministra Olga Sánchez Cordero), y el Fiscal general, para recibir el reporte de los delitos cometidos cada 24 horas y tomar las decisiones necesarias.
Sin espías. Desaparecerá el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Afirmó que en su Gobierno nadie sería espiado, perseguido, reprimido o desterrado, por eso dejará de existir este centro de inteligencia.
Sin pensión. Eliminará las pensiones de los ex presidentes.Durante sus tres campañas ha insistido que ese es un beneficio que no existe en la ley y que sólo es un acuerdo entre el mandatario que sale y el que llega a la presidencia. "Los ex presidentes reciben una pensión de cinco millones de pesos mensuales en total. Salinas, Zedillo, Fox, Calderón. Ni Obama tiene una pensión así".
Por último, propuso una constitución moral para "el bienestar del alma". No tendría valor jurídico, pero indicaría cuáles son los valores fundamentales de los mexicanos.