Hace dos años, mientras Ana Baquedano caminaba por la playa, un hombre se le acercó y le dijo que era la mujer desnuda que había encontrado en una página de Facebook y que veía su foto todos los días.
No podía creer cuando vio su foto desnuda en el móvil de una persona que no conocía.
Sorprendida, la joven estudiante de Psicología empezó a investigar y se dio cuenta de que la imagen aparecía en la página Yucatercos, un sitio creado en 2014 y donde exhibían fotos de mujeres desnudas enviadas al sitio en internet y a su página en Facebook.
La foto y sus datos personales habían sido enviados sin su consentimiento por una persona cercana a ella, y cuando regresó de la playa, toda su escuela había visto la imagen. Vivió una pesadilla cuando fue víctima de bullying y la gente la detenía en la calle para preguntarle si era la que aparecía en el sitio web.
Pero lejos de esconderse, inició una batalla para que en su estado, Yucatán, se protegiera a víctimas de la pornovengaza y que el castigo a los responsables fuera más allá de intentar que borraran las imágenes.
"Con el apoyo de muchas personas logramos tipificar el delito de pornovengaza y la sextorsión en el Código Penal del Estado de Yucatán. A partir del 1 de agosto de este año será delito el publicar, difundir o exhibir las fotos, videos, audios o texto de contenido sexual sin consentimiento de la persona. También lo será si un tercero las comparte. Soy la niña más afortunada del mundo por haber formado parte de un momento tan importante, fue toda una victoria", compartió Ana en su cuenta de Instagram.
Los castigos aprobados por el Congreso de Yucatán varían según la gravedad. El intercambio de fotos o videos privados se castigará de seis meses hasta cuatro años de cárcel. En caso de que el material sea de un menor de edad, la pena será de hasta nueve años.
Las víctimas tendrán que ir a la Fiscalía de Yucatán para levantar su denuncia por el delito en contra de la imagen y de la intimidad.
Datos de la Cámara de Senadores señalan que en el país el 90% de las víctimas de este delito en el país son mujeres que confían material comprometedor a sus parejas, amigos o conocidos.
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