Un rumor sobre el estado de salud del candidato presidencial puntero reavivó en México el debate sobre el acceso a los expedientes médicos de los funcionarios que ocupan los puestos más altos de la burocracia.
Ahora, esta exigencia se extendió también a los candidatos presidenciales. Líderes, políticos y ciudadanos han pedido no sólo que se haga público si padecen de alguna enfermedad que los incapacite para ejercer su mandatado sino también que organizaciones reconocidas les practiquen exámenes para conocer el nivel de su salud mental.
Esta semana los coordinadores parlamentarios de los partidos opositores Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) llamaron a equipos de campaña a hacer público un diagnóstico preciso y real del estado de salud y mental de los cuatro candidatos.
La exigencia surgió luego de que dos videos del candidato puntero Andrés Manuel López Obrador lo mostraran con supuestos problemas de salud, como desvanecimientos.
"Sería muy importante para la sociedad mexicana, para el interés público general, que se conociera el estado de salud física de los candidatos, sobre todo de Andrés Manuel López Obrador, ya que apenas hace unas horas circuló por allí un video de un evento en Mexicali en donde estuvo a punto de desvanecerse, y tuvo que requerir ayuda de una persona que estaba con él en el templete", dijo el coordinador del PRD en la Cámara, Jesús Zambrano Grijalva.
López Obrador abanderado por la coalición de partidos Juntos Haremos Historia, negó que haya requerido hospitalización.
El video al que hizo referencia Zambrano es del año 2009, pero López Obrador sufrió en 2013 un infarto al miocardio.
"No sabemos cuanto van a durar"
En diciembre de 2017, el entonces precandidato oficialista, José Antonio Meade propuso que todos los candidatos se hicieran exámenes médicos y toxicológicos, pero nadie aceptó su propuesta y ni siquiera él ha dado a conocer si se practicó las pruebas.
Cuando se registraron formalmente como contendientes, una solicitud a los partidos políticos a través de los mecanismos de transparencia reveló que realmente ninguno sabía si sus candidatos tenían algún problema de salud.
El estado de salud de los candidatos es algo que "necesitamos saberlo porque nuestra vida está en juego, nuestros próximos 6 años (tiempo que dura el periodo presidencial en México) están en juego y a lo mejor no nada más nuestros 6, a lo mejor son nuestros próximos 12 años o más. No sabemos si van a durar 15 días o van a estar en el sanatorio meses.", dijo a Infobae Juan Pablo Álvarez.
Álvarez es un ciudadano que a través de la plataforma Change.org abrió una petición para que se realice en el país una consulta nacional para solicitar a los candidatos un análisis de su capacidad mental que permita también conocer su perfil psicológico.
"Propongo que los candidatos sean analizados por un panel de expertos de la Sociedad Mexicana de Psicología AC y del Colegio Nacional de Psicología, y que los resultados sean compartidos a toda la población", señala la solicitud.
Para José Leandro Núñez García, abogado experto en privacidad del la firma Audens en España, en países de la Unión Europea para ciertas profesiones de riesgo las empresas exigen superar pruebas psicofísicas, pero únicamente trasciende el dato de apto / no apto. "No me consta que se estén haciendo este tipo de pruebas a políticos".
En concordancia con lo anterior, consideró que si lo que se pretende saber es si una persona esta apta o no para ejercer un cargo público, las pruebas médicas deberían mantenerse en la confidencialidad y lo que se debería hacer público es únicamente si es apta o no apta.
"Nadie debería estar obligado a desvelar su estado de salud, salvo que una ley así lo prevea", insistió.
La salud de los políticos
En su libro "El último tabú. Revelaciones sobre la salud de los presidentes", los periodistas franceses Laurent Léger y Denis Demonpion documentaron que por acción u omisión, casi todos los presidentes de la V República habían mentido sobre su salud.
Del accidente cardiovascular que sufrió Jacques Chirac, ex Primer Ministro galo, y de las pastillas —no autorizadas en el mercado— que presuntamente ingería el ex Presidente Nicolás Sarkozy no se puede saber hasta qué grado afectaron la capacidad de decisión de esos gobernantes, según la publicación.
En Venezuela el presidente Hugo Chávez murió de cáncer en 2013 sin que los votantes estuvieran enterados del avance de su enfermedad; en Colombia Juan Manuel Santos, quien también presentó un cuadro de esta enfermedad, se vio obligado a hacer público su estado de salud para dar certidumbre en cuanto a su capacidad de gobernar; en Chile, Pablo Longueira, candidato oficialista a la presidencia, renunció a por padecer depresión.
En Estados Unidos también se ha tratado de documentar la salud de los presidentes y se ha vuelto una práctica común el revelar un certificado médico, sin detallar todo el expediente clínico, de candidatos y gobernantes, tal y como lo hizo el ex Presidente Barack Obama antes de su última reelección.
Pero en México, el tema ha sido un punto de controversia toda vez que a través de los mecanismos de transparencia se ha negado la información por considerarse un tema de seguridad nacional.
En agosto de 2013, la organización Artículo 19 promovió un amparo directo para obtener el expediente clínico del Presidente Enrique Peña Nieto. Hizo una solicitud a la Presidencia de la República para que el mandatario consintiera en hacer públicos los datos sobre su estado de salud, sin embargo, esta información siempre ha sido considerada como confidencial.
La primera parte de su administración, Peña Nieto fue sometido a dos cirugías del nódulo tiroideo para extraerle un cáncer benigno. En 2003, ya en el poder, Vicente Fox tuvo que ser intervenido para corregirle una hernia discal.
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