Chilapa de Álvarez, en Guerrero, es uno de los municipios más peligrosos del país. En lo que va del año dos candidatas a diputadas y dos directores de Seguridad Pública han sido asesinados allí, y también un candidato a alcalde en 2015.
Por eso, razones no le faltaron a José Santos Valdivia García para renunciar al cargo de alcalde sustituto que le correspondía, luego de que el presidente municipal en turno, Jesús Parra García, pidió licencia para contender por su reelección.
Santos Valdivia presentó la renuncia ante el Congreso del estado y argumentó "razones personales" para su decisión. Sin embargo, priistas consultados por la prensa local advirtieron que la violencia en el municipio sería en realidad el motivo de su renuncia.
Él ya se había negado a asumir la candidatura del PRI a la alcaldía en 2015, luego de que fue asesinado Ulises Fabián Quiroz.
Entonces Cuauhtémoc Salgado, dirigente del PRI en la entidad, dijo que Santos Valdivia no iba a participar en el proceso electoral por miedo. "Es una situación muy difícil la que ocurre en Chilapa", advirtió.
En esta ocasión, ante la renuncia de Santos Valdivia, como encargado del municipio quedó el secretario general del Ayuntamiento, Aldy Estaban Román, quien será incluido en la terna que el gobernador, Héctor Astudillo, deberá enviar al Congreso local para elegir de entre tres a quien será alcalde de Chilapa por los siguientes 4 meses.
El saldo de la violencia en la política
Desde hace 4 años Chilapa es "foco rojo" en la deteriorada seguridad de Guerrero. Las operaciones de grupos criminales como Los Rojos y Los Ardillos han significado para este municipio violencia, asesinatos, secuestros y desapariciones.
Las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública evidencian el escalamiento de la violencia en ese municipio: entre 2012 y 2017 el número de asesinatos pasó de 29 a 117, y en lo que va de este año ya suman 42.
Frente a estas cifras los gobiernos federal y del estado han puesto en marcha 4 operativos de vigilancia en los últimos 4 años. El más grande ocurrió en enero de 2016, cuando llegaron a este municipio, de 130.000 habitantes, aproximadamente 3.500 elementos de seguridad, incluidos militares, agentes federales y estatales.
A pesar de la presencia constante de militares y policías, la violencia sigue en Chilapa y alcanzó a los candidatos. Este año dos candidatas a diputadas locales fueron asesinadas en menos de una semana.
Una fue la la precandidata del PRD a diputada local por el distrito 25 de Chilapa, Antonia Jaimes Moctezula, asesinada el 21 de febrero por un grupo armado que le dispararon en varias ocasiones, en un restaurante de su propiedad.
Tres días después, el 24 de febrero, también mataron a la candidata del PRI a diputada local por el mismo distrito, Dulce Nayeli Rebaja Pedro. Había viajado a Chilpancingo para tomar protesta como candidata y a su regreso hombres armados interceptaron su vehículo y la acribillaron junto con un tío y dos primos.
Luego tocó el turno a dos directores de Seguridad Pública municipal. La primera víctima fue Abdón Castrejón Leguideño, asesinado el 5 de abril por un comando.
Antes de un mes también fue asesinado su relevo, Isidro Casarrubias Tlatempa, quien había sido reportado como desaparecido junto con otro policía y cuyos cuerpos fueron localizados el domingo 29 de abril.
Además, el 1 de mayo de 2015 también fue asesinado el candidato del PRI a la alcaldía de Chilapa, Ulises Fabián Quiroz.