A Javier Valdez lo asesinaron por su labor periodística. Eso dijo el comisionado nacional de Seguridad Pública, Renato Sales, al confirmar la detención de "uno de los autores" materiales del homicidio del periodista, ocurrido el 15 de mayo de 2017.
Es la primera vez que el gobierno federal acepta públicamente que el crimen de un periodista está vinculado con su trabajo, luego de casi dos décadas de asesinatos ininterrumpidos que rondan los 130 casos, de acuerdo con cifras de organizaciones civiles y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Las autoridades confirmaron este martes que a Valdez lo mató Heriberto Picos Barraza, conocido como "El Koala", un presunto sicario de 26 años, relacionado con Dámaso López, "El Licenciado", y su hijo Dámaso López Serrano, "El Mini Lic", miembros los dos del Cártel de Sinaloa.
"Es uno de los autores materiales" del crimen del periodista, dijo Renato Salas en un breve mensaje a medios en el que informó sobre la detención de "El Koala", en la colonia Pedregal de Santa Julia, de la ciudad de Tijuana, en Baja California.
Sales afirmó que ya hay listas otras órdenes de aprehensión vinculadas con este caso, lo que significa que las autoridades ya tienen identificados a los otros dos presuntos responsables del asesinato de Javier Valdez.
En realidad, se trata de una orden de aprehensión más girada por un juez de Culiacán en contra de alguno de los otros dos asesinos que viajaban en el automóvil Versa color gris, que le cerró el paso al carro de Javier Valdez el día que lo mataron.
Extraoficialmente hay versiones de que su detención podría ocurrir en las próximas horas o días, pues ese segundo autor material ya está plenamente identificado y ubicado por las autoridades.
Luego de su detención "sin uso de la fuerza" en Tijuana, Picos Barraza rindió una primera declaración en esa ciudad fronteriza y posteriormente fue trasladado a Culiacán, donde será presentado en el transcurso de este día ante un juez federal que resolverá su situación jurídica y decidirá si hay evidencia suficiente para vincularlo a proceso.
De acuerdo con la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), hay pruebas sólidas que lo vinculan con el crimen y lo identifican como la persona que conducía el auto Versa gris, del cual descendieron los dos hombres que dispararon 12 veces sobre el periodista. Una primera vez en el costado, lo que dejó a Javier hincado y a merced de sus atacantes.
Ismael Bojórquez Perea, director del semanario Ríodoce que fundó junto con Valdez, dijo que la detención del "Koala" es un avance, pero la exigencia de justicia sigue vigente en tanto las autoridades no aprehendan al resto de los autores materiales e intelectuales.
"La investigación del crimen de Javier ha entrado en una nueva etapa, pero falta mucho todavía para que nosotros podamos estar satisfechos, porque no se ha hablado todavía de los autores intelectuales", advirtió.
Respecto de la información que las autoridades atribuyen como causa de su asesinato, Ismael dijo que todavía "no hay precisión al respecto para saber qué reportaje, nota columna o conjunto de notas causó la ira de quien lo mandó matar".
La entrevista que precedió el crimen
Javier Valdez era uno de los más reconocidos periodistas mexicanos por su labor de investigación sobre el narcotráfico. Fundador del semanario Ríodoce y autor de la columna Malayerba, escribió libros que retrataban la cultura del narcotráfico en su estado, la violencia y su impacto en la sociedad.
Su labor le valió varios reconocimientos internacionales. Entre ellos, el Premio a la Libertad de Prensa, en 2011, que recibió en Nueva York del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Fue asesinado el 15 de mayo de 2017, a dos cuadras de su semanario y en pleno día. Había salido temprano de las oficinas de Ríodoce, con su celular y su computadora en mano, que no aparecieron luego de su muerte.
Abordó su vehículo Toyota Camry color tinto, modelo 2012, y tomó rumbo hacia la calle Vicente Riva Palacio, de la colonia Jorge Almada, en Culiacán, donde el automóvil Versa gris le cerró el pasó simulando un accidente.
De su interior bajaron dos hombres que iban encapuchados, lo obligaron a bajar del vehículo, le dispararon en un costado y, ya hincado, le soltaron otras 11 balas de dos armas: una 9 milímetros y una 38 súper.
Uno de los atacantes se llevó su auto y lo abandonó cerca del sitio del crimen, sobre la acera y al lado de un poste de luz.
Al momento de su muerte, el diario La Jornada, con el que Javier colaboraba como corresponsal, publicó que hacía tres meses que recibía amenazas. Nadie lo salvó.
La versión no es oficial, pero se presume que Javier quedó en medio de la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa. Una encabezada por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán y otra por la gente de Dámaso López "El Licenciado".
El mismo semanario Ríodoce ha dado cuenta de esta información. La historia comenzó en enero de 2016, luego de la reaprehensión de Guzmán Loaera que desató una guerra interna en el cártel por su control.
La disputa se intensificó al paso de las semanas. En distintas partes de Sinaloa hubo enfrentamientos, incursiones armadas en zonas como Navolato y una guerra de versiones entre las dos facciones del cártel.
Los hijos del Chapo Guzmán, Iván Archibaldo y Alfredo, acusaban a Dámaso López y su hijo "El Mini Lic" de haberlos traicionado y de atentar contra su vida. En una carta enviada al periodista Ciro Gómez Leyva –cuya autenticidad confirmó José Refugio Rodríguez, uno de los abogados del Chapo–, Iván Archivaldo y Alfredo narraron la supuesta traición.
"El día 4 de febrero del año 2017, el licenciado Dámaso López organiza una junta, citando al Sr. Ismael Zambada y a la familia de Joaquín Guzmán, por el tema de haber pruebas de que Dámaso López ordenó el secuestro de los hijos de 'El Chapo'".
De acuerdo con la carta, al encuentro acudieron los hijos del "Chapo" y "El Mayo" Zambada, sin saber que todo era una trampa, según narraron de la siguiente manera: "Una vez de haver llegado a la cita el sr zambada y la familia de joaquin se dan cuenta que no se encuentra damazo lopez , en ese instante comienzan las confuciones, al poco instante comienzan a disparar en contra de la escolta personal de la familia, quedando muertos al instante en el lugar (sic)". Así aparece escrita la hoja de puño y letra de los hijos del " Chapo".
Al poco tiempo, Dámaso López buscó a dos medios de comunicación para dar su versión. Estos fueron Ríodoce y La Pared, a los que les concedió una entrevista. Algunas versiones dicen que por mensaje de texto y otras que a través de un enviado. La entrevista para Ríodoce la hizo Javier, a quien habían buscado directamente, y salió publicada el domingo 19 de febrero, con la foto de "El Licenciado" en la portada y de título "Responde Dámaso: no disparé a los Guzmán; soy amigo del Mayo".
El texto de la entrevista anotaba: "El grupo que comanda Dámaso López Núñez no atacó a Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, conocidos como 'Los Chapitos' o 'Los Menores', ni ha roto con Ismael Zambada García, 'El Mayo', afirmó un integrante de esta organización criminal enviado por El Licenciado para ser entrevistado por Ríodoce".
Ese día 19 de febrero, en cuanto el semanario llegaba a las tiendas de conveniencia o a las farmacias –sus principales centros de distribución– de Culiacán y Mazatlán, detrás llegaban hombres a comprar todos los ejemplares.
Al parecer los hijos del "Chapo" se habían enterado de la entrevista a Dámaso y habían presionado a Valdez para no publicarla. Él se negó, pero le insistieron y hasta le ofrecieron comprar toda la edición, según versión del mismo semanario.
En marzo Dámaso López huyó de Sinaloa y se refugió en la Ciudad de México, donde vivió durante dos meses hasta su detención, el 2 de mayo.
Entre febrero y marzo, Javier informó de las amenazas al diario La Jornada y al Comité de Protección a Periodistas. El 15 de mayo lo asesinaron.
Hoy está detenido Heriberto Picos Barraza "El Koala", originario de la comunidad de San Javier, municipio de San Ignacio, Sinaloa. A este las autoridades lo vinculan con Dámaso López Núñez y su hijo Dámaso López Serrano, los dos en prisión.
Todo lo anterior son los trozos de historia que rodean uno de los crímenes que más han indignado al gremio periodístico en México, que todavía espera una respuesta: ¿quién mandó matar a Javier y por qué?
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