Jorge Raúl Villegas, sacerdote y ex vocero de la Iglesia católica en la diócesis de León, en el estado de Guanajuato, recibió una condena de 90 años de prisión por abusos sexuales en contra de dos alumnas del Colegio Atenas, ubicado en el municipio de Irapuato.
La sentencia fue por los delitos de violación calificada, hostigamiento, explotación y abuso sexual, y deberá pagar una multa y la reparación del daño para las víctimas.
No obstante, el sacerdote solo cumplirá 60 años de sentencia porque es el límite permitido por el Código Penal de Guanajuato para una sanción corporal.
En 2014, Jorge Raúl Villegas fue suspendido del ejercicio sacerdotal por la diócesis de León, después de un juicio de paternidad en el que tuvo que reconocer a una hija y brindarle manutención.
Sin embargo, el sacerdote seguió oficiando misas en el templo de San Cayetano, adscrito a la diócesis de Irapuato, y en 2016 fue contratado como "terapeuta y orientador" en el Colegio Atenas de Irapuato, donde abusó de dos alumnas de 14 años cuando acudieron a confesarse en 2017.
Los padres de las víctimas denunciaron los abusos y el sacerdote fue detenido el 14 de febrero de ese año. El proceso duró 14 meses, en los que se presentaron pruebas y testimonios en su contra.
Otras tres alumnas del Colegio Atenas, que tenían 9, 12 y 13 años, también acusaron al sacerdote, pero su proceso sigue abierto en la Procuraduría General del Estado de Guanajuato.
El entonces obispo de la diócesis de Irapuato, José de Jesús Martínez Zepeda, dijo que ignoraba que Jorge Raúl Villegas oficiara en la ciudad, pero hay testimonios que indican que realizaron misas juntos.
La Secretaría de Educación de Guanajuato también impuso una multa de 96.861 pesos (5.000 dólares) al Colegio Atenas "por permitir que personas ajenas a la institución interfirieran en las actividades económicas".
Hace unas semanas, el sacerdote Carlos López Valdés, de 72 años, fue sentenciado a 63 años de cárcel por los delitos de pederastia y corrupción de menores en perjuicio de Jesús Romero Colín, quien tuvo que esperar 10 años para concluir el proceso.
Fue la primera sentencia condenatoria contra un cura católico pederasta en la Ciudad de México (CDMX), de acuerdo con el abogado defensor de derechos humanos David Peña, integrante del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, organización civil que acompañó durante esos años a Romero Colín.
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