Guerrero es uno de los estados con más violencia en México, como consecuencia del enfrentamiento entre grupos criminales que disputan el trasiego de droga.
Allí, luego del asesinato de dos sacerdotes, el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, sugirió negociar con los narcotraficantes, como él hizo para proteger la vida de sacerdotes, seminaristas y monjas de la comunidad.
"Si el Gobierno dialoga con ellos para simplemente delimitar los territorios, para que no se invadan unos a otros, sería una manera de poder empezar a sembrar un poco de paz en esta tierra", dijo Rangel en entrevista con diversos medios y agencias.
He dialogado con los capos, con los jefes de esos grupos para que cuiden a los sacerdotes, religiosas, seminaristas
"Yo abiertamente lo he dicho, he dialogado con los capos, con los jefes de esos grupos para que cuiden a los sacerdotes, religiosas, seminaristas", dijo Rangel en una entrevista con la agencia AP. "Siempre he hablado de diálogo para buscar la paz", agregó.
Los ataques "son el pan de cada día en Guerrero y en México", dijo el prelado, y agregó que en ocasiones "hay cierta complicidad de las autoridades".
El asesinato de los religiosos
La madrugada del lunes 5 de febrero, hombres armados asesinaron a los sacerdotes Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes cuando regresaban de la comunidad de Juliantla, en Taxco.
El fiscal de Guerrero, Javier Olea Peláez, informó que los curas de la iglesia La Sagrada Familia asistieron a un baile organizado por familiares del fallecido cantante Joan Sebastian, con la intención de que les grabaran un disco porque eran músicos.
A la fiesta, dijo, asistieron narcos de tres estados que iban armados, y allí los acompañantes de los curas tuvieron problemas con algunas personas.
El funcionario dijo que el padre Germaín podría haber sido identificado como parte de algún grupo delictivo, "en razón de fotografías y notas que circularon en redes sociales", en las que aparece con un arma y acompañado de hombres armados que operan en Mezcala, Carrizalillo, Taxco e Iguala.
El obispo Salvador Rangel negó esta versión y aseguró que que los sacerdotes fueron asesinados porque rebasaron una camioneta, de acuerdo con el testimonio de la mujer que sobrevivió al ataque.
Además, dijo que en las circunstancias por las que atraviesa Guerrero el sacerdote Germaín tenía que dialogar con los narcotraficantes para poder pasar a las comunidades a dar misa. "Se hizo amigo de ellos, no en el sentido de que perteneciera a estos grupos, sino para poder tener acceso", aseguró.
En mayo de 2017, Rangel ya había sugerido al Gobierno tener una relación con los líderes de los grupos criminales y aseguró que tras darse a conocer su relación con ellos, el fiscal se molestó porque decidió tener este canal, algo que ellos no tienen, expresó.
También exhortó a los mexicanos a votar el al próximo primero de julio por un candidato que pueda brindar paz al país.
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