La increíble historia del fusil mexicano que terminó en manos del ejército nazi

Creada por el general Manuel Mondragón a fines del siglo XIX, fue la primera arma semiautomática fabricada en serie y utilizada en las dos guerras mundiales

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Durante la primera Guerra Mundial, los aviones del káiser Guillermo tenían instalada un arma automática conocida como Flieger-Selbstladekarabiner, Modell 1915 (carabina automática para pilotos modelo 1915). En su cuerpo metálico llevaba inscrita la frase "Fusil Porfirio Díaz sistema Mondragón modelo 1908".

Se trataba de la primera arma semiautomática construida en serie en el mundo, que reemplazó los rifles de cerrojo utilizados por todos los ejércitos del mundo. Su creador fue un general mexicano de nombre Manuel Mondragón, quien lo patentó en 1887 con el apoyo Porfirio Díaz, el dictador que gobernó México durante siete periodos, entre 1876 y 1911.

Esa arma utilizada por el ejército mexicano durante la Revolución de 1911 y después por los aviones de Prusia durante la primera Guerra Mundial, llegaron hasta las manos de los nazis de Adolf Hitler, en un viaje histórico que comenzó en 1882, cuando Mondragón arrancó el diseño de su fusil semiautomático.

El armero genio

Además de un especialista en armas de artillería, Mondragón fue un artífice de la Decena Trágica, como se conoce al periodo de diez días de febrero de 1913 en que ocurrió la sublevación contra el gobierno del presidente Francisco I. Madero, el primero elegido por el voto luego de la dictadura de Díaz.

Nacido en 1859 en Ixtlahuaca, Estado de México, Mondragón era un apasionado de las armas que se especializó en artillería en el Colegio Militar de Chapultepec. Ya en el ejército y luego de completar su formación en Francia, diseñó varios rifles que sirvieron de base para la creación su fusil, que concluyó en cinco años, entre 1882 y 1887.

Aquella arma funcionaba gracias a un entonces revolucionario concepto: el aprovechamiento de los gases producidos por la deflagración de la pólvora en el momento del disparo, mediante un cilindro paralelo y su pistón.
Ese sistema permitió disparar hasta 150 balas más que un fusil convencional y fue razón suficiente para que Díaz apoyara la construcción del prototipo para el ejército mexicano. Pero en 1890 la industria mexicana no estaba en condiciones de producir un arma tan compleja porque el sistema, para funcionar correctamente, requería de buena munición y mucho mantenimiento.

Incluso varios fabricantes internacionales se negaron a construir un arma a la que no le veían futuro. Argumentaban que los gases que escapaban por el orificio restaban potencia al proyectil o que malgastaban la munición. Aun años después de la fabricación del prototipo, en 1903 el ejército británico consideró el fusil como "excesivamente complejo y poco fiable".

Tal vez consciente de esas limitaciones, Mondragón dotó a su rifle de la posibilidad de ser operado manualmente para equiparalo a un fusil de cerrojo, pero su precio era cuatro veces superior.

Al final, la única que aceptó la tarea fue la firma suiza Schweizerische Industrie Gesellschaft (conocida como SIG), que firmó un contrato con México para la fabricación del fusil.

Poco recomendada y muy usada

Las primeras 50 unidades del rifle llegaron a México en 1893 preparadas para disparar la munición de 6.5x48mm también creada por Mondragón.

Por aquellos años, el general además trabajó con el coronel suizo Eduard Rubin (inventor de la munición encamisada y cofundador de la empresa Schmidt-Rubin) para crear un cartucho de alta presión que tendría un mejor comportamiento que otras municiones para su fusil. Para probarlo, el gobierno de Díaz encargó otros 200 rifles preparados para esa munición experimental, que llegaron a México en 1894. Pero los resultados no fueron los esperado y decidieron utilizar la munición 7mm Mauser.

Pasadas las pruebas, en 1908 el gobierno mexicano firmó un contrato con SIG para la fabricación de 4.000 rifles Mondragón calibre 7mm Mauser, que ya llevaban grabada la leyenda "Fusil Porfirio Diaz sistema Mondragón modelo 1908". Los primeros 400 llegaron al país en 1911, año que estalló la Revolución mexicana contra la dictadura de Díaz. Con el pretexto de la revuelta y ya preparada la industria mexicana para la fabricación del fusil, México rompió el contrato con SIG y lo dejó con 3.000 fusiles automáticos en sus almacenes.

Nadie los quería. Hasta que estalló la primera Guerra Mundial y los alemanes compraron aquellos fusiles Mondragón para el uso de la fuerza aérea alemana.

De acuerdo con textos especializados en la historia de las armas, el manual de operación de la "Flieger-Selbstladekarabiner, Modell 1915" impreso por el Ministerio de Guerra Prusiano en 1917 decía del fusil Mondragón: "Es un arma apenas adecuada para la guerra que se emplea en un momento de necesidad. Sólo debe utilizarse cuando haya sido cuidadosamente examinada y mantenida por personal cualificado antes y después de su uso."

¿Cómo llegó a las manos de los nazis?

A pesar de la advertencia, la República de Weimar compró la licencia de fabricación a SIG y los alemanes utilizaron esas armas hasta que pudieron fabricar verdaderas ametralladoras adaptadas para el combate aéreo.
Así, los fusiles Mondragón llegaron a manos de los ejércitos de Austria, Japón, la República de China y la Alemania nazi que los sacó de bodega durante la segunda Guerra Mundual para entregarlos como arma secundaria de la la Waffen SS y luego como rifles principales de la Volkssturm, las fuerzas civiles que defendieron las ciudades alemanas hasta el final de la guerra.

En México, los fusiles Mondragón se construyeron entre 1911 y 1943. Incluso se produjo una versión de ametralladora ligera con bípode incorporado y cargador de 100 municiones, que estuvo en uso hasta que fue remplazada por la ametralladora Mendoza M1943.

Su fama incluso le permitió colarse al mundo de los videojuegos en Battlefield 1, donde aparece en su modo multijugador y de su explicación técnica hay un video en el canal Forgotten Weapons, de de YouTube, que explica los detalles de este desconocido invento mexicano que revolucionó en su momento el mundo de las armas.

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