El 23 de septiembre apareció en la Ciudad de México el cuerpo de un niño de 4 años abandonado en la calle. El sismo restó atención al hecho. Hasta que las autoridades publicaron su foto para identificarlo. Después de 22 días de permanecer en el Instituto de Ciencias Forenses, aparecieron sus abuelos para reclamar el cuerpo del menor que fue asesinado por su padre a golpes.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó de la detención de los padres del menor, acusados por los abuelos de maltratar constantemente a su hijo. Con los datos de su domicilio, la policía comenzó su búsqueda. Nadie los había visto recientemente por su casa. Pero los vecinos declararon a las autoridades que los padres golpeaban constantemente al niño y que varias veces tuvieron que intervenir.
La policía localizó a los padres y otros dos hijos viviendo en el autobús de pasajeros donde el padre mató al niño a golpes por tirar el dinero del cobro a los pasajeros. La mamá no hizo nada por detenerlo y aun mantuvieron el cuerpo del niño en la unidad de transporte hasta el día siguiente, cuando decidieron abandonar su cuerpo en la calle, envuelto en dos cobijas. Una de ellas con la figura de un niño meciéndose sobre una estrella.
Su cuerpo lo encontró una persona que caminaba por la calle Eje 10 Sur, de la colonia Santa Catarina, en la delegación Tláhuac, al suoriente de la Ciudad de México. De allí fue trasladado al forense, donde se declaró su muerte por un traumatismo craneoencefálico y torácico.
Como resultado de las investigaciones, un juez de control dictó una orden de aprehensión en contra de los padres, quienes fueron detenidos el 31 de octubre.
La madre fue trasladada al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla por ser omisa ante la agresión. El padre fue llevado al Reclusorio Preventivo Varonil Norte como presunto responsable del crimen. Ambos serán procesados por el delito de homicidio calificado relación de parentesco, por el cual pasarían hasta 50 años en prisión.
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